6. Alga pocha

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Ya era viernes y el día de ayer pasó rápidamente. Ayer pese a tener clase de literatura con Valerie apenas tuvimos la oportunidad de hablar, ya que el profesor estuvo explicando toda la hora. Y yo no me quejo de ello, ya he dicho que cuanto menos hablemos mejor.

Ahora me encontraba en clase de filosofía a cuarta hora hablando con mi amiga a través de un papel. Es como una tradición para nosotras hablar en clase utilizando el clásico método de las notitas. Muchas veces hablamos de música, escribimos letras de canciones, hacemos bromas o incluso dibujamos tonterías.

Llevamos haciendo esto desde aquel segundo año de instituto en el que nos conocimos. Y cuando digo que tengo todas las notas archivadas, digo que las tengo todas, hasta con fecha incluida. A veces, cuando Addie viene a mí casa, sacamos el archivador y nos ponemos a leerlas porque nos traen muchos recuerdos de aquellos días.

"Que mal dibujas, mejor quédate con la fotografía" escribió mi amiga en la hoja.

Cogí el bolígrafo y escribí mi respuesta: "callate, si es una obra de arte".

Pase la hoja discretamente y ella lo leyó, para después escribir y volverme a pasar la hoja. "Parece una puta alga. Se va a llamar alga pocha".

Yo comencé a reírme suavemente mientras escribía la contestación. "Pues a mí me encanta. Qué tiemblen todos los pintores del mundo, voy a ser la nueva Picasso".

Volví a pasar la hoja y ella escribió lo siguiente: "pues nada. El alga pocha puede ser tu novia si tanto te encanta".

Al recibir el papel y leer lo que había puesto ambas nos pusimos a reír muy fuerte. La profesora Brown paró de escribir en la pizarra para girarse y decir:

—¿Qué os parece tan gracioso por ahí?

—Nada, señora— contestó mi amiga.

—Que no vuelva a ocurrir u os quedáis castigadas dos horas después de clase y no creo que queráis eso un viernes.

—No, lo sentimos, no volverá a ocurrir— dijo mi mejor amiga de nuevo.

Audrey cogió el papel de mi mesa y se puso a escribir cómo si estuviera poseída. Yo conociendo a mi amiga sé perfectamente que está criticando a la profesora por lo que acaba de pasar.

"No aguanto a esta profesora, de verdad, si no estábamos haciendo ruido. ¿Y tú has visto cómo nos ha hablado de mal? Es una borde, fijo que nos tiene manía, es que estoy segura".

Al leer el papel me reí internamente. Que bien la conozco. Estoy segura que no hay nadie que conozca mejor a mi mejor amiga, soy capaz de saber lo que siente y lo que está pensando en todo momento.

El timbre sonó haciendo que yo guardase mi estuche y las hojas que tenía encima de la mesa. Ahora me tocaba historia del arte y después literatura, vaya buena forma de acabar la semana...

—A la salida te veo morena.

—Por supuesto, loser— dije a mi amiga al mismo tiempo que salía de la clase para dirigirme a mi taquilla y después a historia del arte.

Cuando llegué a la clase, sorprendentemente la tardona de Valerie ya estaba allí. Al menos hoy ha sido puntual, ya que todavía no había tocado el segundo timbre. Eso sí hoy parecía estar muy cansada.

—Hola, ¿Qué tal el día?— preguntó la rubia mientras yo me sentaba.

—Bien ¿y tú?

—Bueno, podría ir mejor.

—Vaya, ¿qué te pasa?— contesté sin saber muy bien que decirla. Nunca se me ha dado bien hablar con otras personas solo si tengo la suficiente confianza con la persona.

El Arte De Ser Invisible (lgbt+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora