El Lobo y la Oveja

30.4- Lee mis labios

Tae observó cómo N'Nic se alejaba.

¿Qué había hecho mal?

Cuando Nic se acercó a Tae, estaba claro que su nong quería decirle algo importante.

P'Tae tenemos que hablar.

Pero Tae lo interrumpió porque Nic había dicho su nombre.

¡Su nombre!

Entonces N'Nic dijo:

Mira, ya no importa.

Pero sí importaba. Escuchar su nombre salir de aquellos labios... Tae sintió que su corazón quería salirse del pecho.

Thump.

Thump.

Thump.

P' no creo que entiendas. Entre tú y yo...

¿Qué es lo que no entendía?

Entre Nic y él, ¿qué?

Para mala suerte de Tae, N'Nic no pudo terminar la frase. Su bebé, como llamaba a su moto, lo traicionó en ese momento. O, en realidad, fue Tae quien trató de ser genial y nunca lo logró.

Tal vez N'Nic había tenido un día difícil y cuando se acercó a él... Tal vez quería ser consolado.

¿Por eso lo rodeó con sus brazos en un casi abrazo?

¿Qué clase de esposo puede ser si no escucha lo que quiere su esposa?

Tae no estaba dispuesto a rendirse.

Pasó una semana preparándose para volver a encontrarse con N'Nic. Nong Kengkla le había dicho que Nic estaba ocupado y que no podía asistir a la escuela. Pero cuando recibió un mensaje de Kla, Tae sintió que debía presentarse de nuevo.

Tae suspiró.

Se detuvo en el 7-eleven.

El favorito de N'Nic. Cuando conoció a Nic, Tae también empezó a espiar a Technic.

Este tipo de actitud daba un poco de miedo.

Corrección: mucho miedo.

Pero Tae no creía estar haciendo nada malo. De hecho, velaba por la seguridad de N'Nic.

Muchas veces lo vio entrar en la tienda.

Su nong no estaba comiendo bien. Mucho conservante, mucha comida precocinada y nada de comida casera.

Una vez se armó de valor para entrar y observó a Nic. Vio qué tipo de comida estaba comprando. Y en consecuencia, Tae terminó por comprar lo mismo.

Su estómago gruñó.

No había comido nada.

Este estudiante de ingeniería tenía estos pensamientos:

Ver a N'Nic.

Ofrecerle un aventón a casa.

Pero también invitarlo a comer.

Pasar tiempo con Nic.

Sin embargo...

Sólo pudo lograr una cosa.

Tae entró en la tienda un poco cabizbajo. Sabía que sus amigos se burlarían de él. Por eso en vez de volver a la universidad, decidió dar un par de vueltas.

La cajera, que ya lo conocía, sonrió y le saludó.

Tae devolvió el saludo y recorrió los pasillos del 7-eleven añorando a Nong Nic.