25.5-Te prometo una cita ideal

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Llegó la mañana de un nuevo día para los enamorados. Techno y Kla estaban desayunando al aire libre junto con las demás personas que también habían reservado para pasarlo bien en este hotel de lujo. Techno trató de ocultar las marcas de amor que Kla le había dejado en el cuello a primera hora de la mañana, pero fue en vano. Hacía demasiado calor para llevar un cuello de tortuga y su novio estaba demasiado satisfecho con el reclamo. Techno suspiró al pensar en lo insaciable que era Kengkla en la cama.... Y en la ducha. Techno se sonrojó al recordar cómo Kla había descubierto una vez más aquel lugar oculto entre sus nalgas. Recordó la sensación de la intrusión y la sensación de lo prohibido recorriendo su cuerpo hasta el punto de correrse sin ser tocado. Sus rodillas se sentían débiles por la posición en que se encontraba y Kla lo sostuvo con suavidad. Después lo limpió, lo secó y lo llevó suavemente de vuelta a la cama con la sábanas limpias y frescas al tacto. Techno pensó que continuarían pero sólo sintió su abrazo. Debería estar agradecido por los cuidados de su novio, pero algo no iba bien. Techno estaba desconcertado. Esperaba... ¿Qué esperaba? Durante un rato se lo preguntó y antes de que le venciera el sueño y el cansancio de la ardua actividad lo comprendió. Esperaba que Kengkla terminara lo que había empezado. Quería sentir a Kla por completo. Quería sentirlo por dentro.

Kengkla se había detenido en el punto más alto. En el punto en el que ya no pensaban de forma racional sino con sus sentimientos; con la pasión que sentían. Con la lujuria y el amor que sentían el uno por el otro.

Techno cerró los ojos con un último pensamiento:

Quiero ser suyo.

— P'No... ¿No tienes hambre?

Esas simples palabras tomaron desprevenido a este universitario que aún estando avergonzado por unos simples chupones en su piel, también deseaba ser devorado por su hermoso y apuesto novio. Techno se sonrojó profundamente y esquivó la mirada de Kla.

Techno lloró interiormente y exclamó: Oh, Ai' Type nunca más te molestaré con Ai' Tharn.

¿Qué quiere está oveja?

Quiere a su lobo feroz. 

—P'...

Techno se aclaró la garganta y miró la comida servida. En la mesa había todo tipo de platos que costaban miles de Bath. Cómo podía desperdiciar semejantes manjares.

Kla tuvo que llamar su atención por tercera vez para que el mayor reaccionara. ¿Qué le pasaba a su querido P'? Esta mañana estaban muy a gusto en la cama.

—Lo siento P' No.

Techno dejó de mirar la comida y lo miró sorprendido.

— ¿Qué?

—Te ves incómodo. Creía que estábamos disfrutando de nuestra cita, pero P' parece preocupado... Incluso diría que no quieres estar conmigo en estos momentos. ¿Es por los besos? ¿Es por lo de anoche?— Kla sacudió la cabeza y parecía cabizbajo—.  P'No nunca puede expresar lo que realmente siente.

Kengkla dejó a Techno con la palabra en la boca. Al universitario se le encogió el corazón. No creía que su silencio provocara las inseguridades de su faen. Kla podía ser ardiente en la cama, pero al fin y al cabo seguía siendo un niño.

Techno debía aclarar todo el malentendido.

P'No nunca puede expresar lo que realmente siente.

Suspiró. Kla tenía razón.

Inesperadamente, incluso para él, agarró la mano de Kla.

Más que eso, entrelazó sus manos en un fuerte apretón.

El Lobo y la OvejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora