32.4- El principio del placer: Tómalo como referencia (H)

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Se produjo un silencio tenso.

La figura que hasta hace unos segundos dormitaba, ahora parpadeaba, mientras miraba con gran esfuerzo a la persona que tenía delante.

Quería recuperar la conciencia pero la somnolencia seguía presente, y sus sentidos estaban embotados.

El movimiento y los ruidos lo habían despertado.

Estaba tumbado en una superficie blanda, confuso, movió las manos y enseguida frunció el ceño. ¿Dónde...? ¿Donde estaba? Miró a su alrededor y vio objetos familiares en la mesita de noche. ¿Era su dormitorio?

Si.

Estaba en su dormitorio y en su cama.

Un cambio brusco en el ambiente hizo que Nic temblara, sintiendo piel de gallina. Instintivamente intentó cubrirse con sus brazos pero su mano tocó su pecho desnudo y eso lo desconcertó.

¿Pero qué demonios...?

No tenía la camisa abotonada. La tela confeccionada caía abierta a sus costados.

Una alarma inminente se disparó en su cabeza mientras seguía el fino rastro de vello en su bajo vientre.

Alerta roja.

Sus ojos se abrieron de golpe al tocar el vello que rodeaba su miembro.

Estaba... Desnudo.

¡Estaba desnudo!

Nic se levantó bruscamente y eso causó un pinchazo de dolor en su cabeza.

Carajo.

—Nong Nic...

Technic escuchó un nuevo movimiento. Oyó ese susurro. Oyó su nombre.

Pero sobre todo... Reconoció esa voz.

Se congeló en el lugar.

Fue como si un inesperado golpe le sacara todo el aire de los pulmones, despertándolo por completo.

Sacándolo de la bruma.

Había una persona con él.

Lo sabía.

Los últimos recuerdos volvieron como una avalancha, unos tras otro.

¡Oh, Dios mío!

Estaban en su casa.

— ¡Me hiciste esto! — habló con una voz rasposa. Intentó cubrir su parte expuesta mientras miraba a P'Tae. Pero antes de que su pregunta pudiera ser respondida, otra revelación aturdió levemente a Nic. Estaba desnudo. La persona causante de este hecho no era otra que P'Tae. No había ningún otro culpable en el dormitorio.

Eso quería decir una sola cosa.

EL CAZADOR ERA CAZADO.

Tae sacudió la cabeza enérgicamente.

—Nong Nic... Deja que te explique...

—¿Explicar? Mírame P'. ¿Qué puedes explicar?

Mierda.

Nic no debía ser tan literal con sus palabras porque aquellos ojos de gatito revolotearon hacia Nic y luego se apartaron de golpe. El rostro del chico mayor estaba enrojecido y su mano derecha estaba en su pecho en una pose dramática.

Parecía avergonzado... Sorprendido en el acto.

¿Con esa actitud pretendes conseguir mi mercancía P'Tae?

Un poco de afecto llegó a Nic, tocando su corazón. La reacción le pareció tierna, pero sólo duró unos segundos mientras sus ojos se centraban en la entrepierna de P'Tae.

El Lobo y la OvejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora