30.2- Lee mis labios

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Al segundo día de su regreso, Nic fue abordado por sus ex.

Así que era cierto lo del club de las ex despechadas.

Todas las chicas con las que salió lo rodearon en el patio de la escuela y esperaron a que dijera algo.

Tal vez esperaban una explicación.

Pues bien, no había tal cosa. Porque todo lo que se decía no era cierto.

Sin embargo, tras un breve silencio, Nic se puso en el banquillo de los acusados.

Ex-novia 1: ¿Cómo te atreves a engañarnos así?

Ex-novia 2: Nos has hecho ilusionar.

Ex-novia 3 y 4: Has jugado con nosotras.

Ex-novia 5: Y ahora has hecho daño a tu novio.

Nic, que estaba preparado para recibir el odio y el despreció, se tambaleó cuando escuchó la última acusación.

Nic había comprobado a su regreso que ya nadie hablaba de su orientación sexual. Ya nadie decía que su interés por las mujeres era una tapadera para ocultar sus verdaderos gustos.

No, claro que no.

Todo se daba por hecho.

Ahora se cuestionaba su carácter.

Era un buen novio.

O era un mal novio.

Nic no sabía si reírse o tirarse de un acantilado.

¡TODO EL MUNDO LE HABÍA CREADO UNA PUTA VIDA PARALELA!

***

El primer día fue sorprendido.

El segundo día fue abordado.

El primer día quiso pasar desapercibido y no lo consiguió.

El segundo día fue juzgado.

Ahora, en su tercer día, Nic comenzó a ser seducido.

Con su nuevo estatus. Ya no eran las chicas las que se le acercaban.

Nic recibía guiños y sonrisas de los chicos. No importaba que los rumores dijeran que estaba saliendo con un mayor de la universidad. No, no importaba. A Technic lo acorralaron en el baño en la hora de Educación Física y agarraron su mano mientras esperaba en la fila para comer en la cafetería.

¿Y yo soy un jugador?

Lo estaban acosando.

El primer chico le dijo cerca de la oreja:

-¿Quieres saltarte la clase y divertirte un poco?

Nic sintió náuseas. Quería decirle: Antes de acercarte a mí, lávate la boca. Apestas.

Nic le dio un fuerte pisotón en el pie y escuchó un grito de dolor.

Ja.

Empujó a esta persona y salió del baño ileso pero con el corazón latiendo como loco.

El segundo tipo se acercó a él con más confianza aún. Nic fue sorprendido una vez más. Parpadeó al sentir el peso de otra mano sobre la suya.

-¿Algo que te guste? Nic puede ser muy dulce. Quiero probarte.

Nic parecía tranquilo. Pero en unos segundos todo cambió. Ahora apretaba con fuerza la mano del desconocido.

La cara del desconocido pasó de ser seductora a una cara de dolor.

El Lobo y la OvejaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora