Cap 42

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Cuando deje a Gillian en casa quede destrozada, verla llorar todo el camino me mataba, mi orgullo era superior me impedía abrazarla decirle que la amaba que tenía celos del aire que respiraba.

Llegué a mi casa aparqué en mi pàrquing, le di varios puñetazos al volante de pura rabia.

Al entrar a mi casa y la vi sentada en mi sofá, ya ni me acordaba de ella, se levantó como un resorte, lanze mi bolso y las llaves del coche de cualquiera manera, fui a la cocina escuchaba sus pasos detrás de mi, abri la nevera y saque una cerveza, necesitaba alcohol para procesar la discursion que se me venía a la cabeza.

-Yo.... Yo lo siento, no sabía que la conocías....

-Eres mi novia voy al baño y estás metiéndole mano a una desconocida?

-Era un juego Malú, ella se acerco a bailar, la estaba preparado para ti, se que te gustan esos juegos, un regalo.

-Estas muy equivocada no me van los trios, no me gusta compartir!

-Lo siento pensé...

-Es una niña y está enferma!!

-Y yo que se!! Te estoy diciendo que fue ella!!

-No hables así de ella!!

-Pero que coño te pasa con ella!!

-Nada!

-Estas obsesionada con ella! Eso es lo que te pasa! No ha querido nada contigo verdad?

-Estás muy equivocada soy yo la que no quiere nada! Es una niña te repito y está enferma!

-Vale lo entendí!

-Tarde entendiste tarde.... Recoge tus cosas y vete!

-Me estás dejando?

-Si.

La dejé con la palabra en la boca, cogí otra cerveza y salí al jardín, espere sentada hasta que la vi marcharse sin mirarme sin despedirse.

Apure la cerveza y después vino otra y después fueron un par de copas hasta que mi cuerpo no pudo más.

Me desperté ya era tarde del domingo, un dolor de cabeza terrible causado por el alcohol pero lo peor era mi mal humor.




No me quedaban más lágrimas que derramar el domingo por la tarde, tenía los ojos rojos e hinchados de, tanto llorar, de tanta impotència, tenia mucha rabia metida dentro de mi cuerpo, me sentía más cansada de lo habitual.

Estaba tan mal que el lunes llegué tarde a la oficina, tentada estuve de no ir, no me apetecía para nada cruzarme con ella, aunque estaba segura que ella haría lo posible en que no pasara.

Apenas me había sentado en la silla y encendido el ordenador cuando el teléfono sonaba su secretaria.

-La señorita Malú la quiere en su despacho.

Cuando colgué pensé igual es mi dia de suerte y me despide, así no tendré que verle más esa cara de amargada.

Me levante no quería hacerla esperar como otras veces, no  me quedaban fuerzas para más guerras esta la había ganado Malú.



Desde que había entrado a primera hora de la mañana, todo era papeleo, llamadas para dejarlo todo en orden.

Estaba inquieta preucupada, Gillian llevaba dos horas de retraso cuando la vi entrar a su despacho, caminaba cansada se notaba desde lejos y todo por mí culpa, había tomado la decisión correcta alejarla de mi.

Llame a mi secretaria para que se comunicara con ella, podía haberlo hecho yo misma pero tenía que imponer y que no pensara en que estaba arrepentida.

No tardo en venir no me desafío como en tantas veces lo hacía, esta vez fue obediente.

Al verla entrar no dude era la decisión correcta, su cara decía lo mucho que había llorado por mi culpa, con la mano le indique que se sentará.

-Estoy bien así.

Soltó cortante.

-Por favor.....

Se sienta a regañadientes, la miró, me desafía con la mirada aguantamos la mirada unos segundos y soy yo la que pierdo esta vez, estoy muy nerviosa por lo que le voy a decir y no necesito que lo note.

Cojo la carpeta que tengo en la mesa y la empujó hacia ella lo suelto todo de golpe sin parar apenas para respirar mientras le voy indicando mientras hablo, Gillian en ningún momento me interrumpe cosa que le agradezco por que si paro no se como seguiré.

-Este es tu nuevo contrato, como verás es mejor que el anterior, mejora salarial, el contrato es indefinido pero te tendrás que trasladar a las Islas, esta será la casa donde vivirás, el alquiler es a cuenta de la empresa y el coche también, seguirás al mando de la fundación como hasta ahora pero dirijiendola desde primera línea, esto es el billete de avión es para mañana, puedes leerlo antes de firmar pero puedes estar tranquila no hay ninguna trampa los abogados lo han estudiado bien no hay ningún fallo, si tienes alguna pregunta?

-Por que?

Levanto la vista de los papeles nuestros ojos se vuelven a encontrar.

-Por que es lo mejor Gillian....

-Lo mejor para quien Malú para ti?

-Para las dos.

-Mandándome lejos es la solución?

-Si.....

Sonríe y lo hace de manera cínica se levanta coge la carpeta pienso que va a romper los papeles y tirarmelos a la cara pero no lo hace, se vuelve a comportar como una persona adulta.

-Está bien si son tus deseos perfecto haré mi trabajo, igual tienes razón y esta es la solución.

Cuando esta apunto de irse le vuelvo hablar.

-Gillian un momento.

Se para y se da la vuelta.

-Quiero saber como va todo pero no quiero que tu me lo digas, hazlo a través de Yaiza confío en ella plenamente y espero que tu lo hagas ella cuidará de ti.

-No necesito que nadie me cuide se hacerlo yo sola.... Otra pregunta es tu amante, por que si es así tampoco me hará bien.

-No no..... Yaiza y yo no.... Somos viejas amigas....

-No me en engañes Malú.

-Ella fue novia de tu hermano.

-Que?

-Si....

Bajo la cabeza, no debería haberlo dicho pero ya que importa que se joda Gustavo.

-Las niñas son.

-Si tus sobrinas.

-No puede ser... El nunca ha dicho nada, por que?

-Ya te he dicho bastante esa conversación es con tu hermano.

-Y me lo dices tu por que Malú? El te ha jodido y ahora lo haces tú.

No lo niego tampoco lo admito, pero para ella es suficiente.

Se marcha sin más hoy será la última vez que la vea, me dejo caer en el sillón, jodida bastante jodida.

La obserbo sus últimos movimientos entra en su despacho, solo tarda unos minutos en coger unas cosas, sale de él y mira el cristal, sabe que la estoy viendo sabe que esa será mi última imagen, cierro los ojos para intentar que esa imagen quede grabada en mi retina, cuando los vuelvo abrir ya no está y me quede con esa imagen con mi tortura de si habré hecho bien y la posible tormenta que vendría después cuándo Gustavo supiera mi ida de lengua al contarle a su hermana la existencia de sus hijas, pero si la mandaba a las islas más pronto se enteraría, que se joda Gustavo se lo merece.

Me marche temprano de la oficina, con la sorpresa de todos que no se lo podían creer yo abandonando la primera las oficinas, no me apetecía permanecer un minuto más allí o acabaría alguien pagando mi maldito mal humor

Mi jefa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora