Cap 52

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El mundo se estaba llendo a la mierda , un virus que lo llamaban covid 19 estaba atacando fuerte sobre todo a la gente vulnerable y fràgil.

El gobierno no sabía por dónde tirar siempre a la sombra de otros países, a las Islas tardo en llegar pero lo hizo.

En la televisión y en la radio sólo se hablaba de este maldito virus, se declaró pandèmia, nos confinaron dentro de casa, solo se salía lo prescindible, si se podía trabajar desde casa se hacía, es lo que yo hacía habitualmente.

A las ocho todos los días se salían a los balcones aplaudir a los sanitarios, estos estaban desbordados, los hospitales repletos, las UCIS a reventar, los contagios cada vez eran mayores y por no decir los fallecidos se contaban por cientos todos los días.

Las residencias era donde más gente moría, los ancianos y enfermos caían los primeros, era una auténtica locura.

Y como no a la fundación también llegó, murieron bastantes enfermos, se contagiaron bastantes sanitarios, no había manera de encontrar sustitutos para este calvario.

Hasta tuve que apechugar llendo yo ayudando el lo que podía, hasta que empecé a sentirme mal y me temí lo peor.

-Estas tosiendo Gigi deberías ir al médico.

-Estoy bien Yaiza tranquila

-No estoy tranquila con tus antecedentes esto no es bueno.

-No sea aguacera.

-Te lo estoy diciendo en serio no seré médico pero soy enfermera jefe y esos síntomas son Covid.

-Yaiza la gripe existe.

Es lo que yo quería creer pero por dentro me decía que no.

Me llevó ella a la consulta, nos aislaron en otra habitación a las dos como auténticas apestadas.

Después de un rato de espera nos hicieron una PCR, un palo por la nariz que no se como nos tocó hasta el cerebro, teníamos que hacer cuarentena en casa hasta saber el resultado.

Al día siguiente nos llamaron solo yo había dado positivo me tuve que encerrar en mi habitación sin poder salir al cuidado de mi sobrina mayor que no me dejaba sola, Yaiza tubo que seguir con las funciones de enfermera, no daban a basto y todas las manos no eran suficientes.

Dos días tarde en empezar a encontrarme mal, el dolor de cabeza era insoportable me dolía mucho el cuerpo como si me hubieran dado una paliza.

Mi médico llamaba todos los días por mis antecedentes al tener afectado un pulmón tenían miedo de que se pudiera agravar, por suerte mi sistema respiratorio no se vio afectado pero si mi sistema nervioso.

Tenía mucho miedo, mi cabeza aparte del dolor que tenía y daba vueltas, miedo a pasar con lo mismo miedo a dormir y no despertar.

Cada día me encontraba más mal  las horas las pasaba durmiendo y delirando, a veces confundía la realidad en los sueños.

Me despertaba a media noche y tenía a mi lado en la cama a mi sobria Gisele, ella cuidaba de mi untaba crema mentolada por el cuerpo de tanto dolor que tenía.

No había manera de despegarla de mi por mucho que su madre le dijera que terminaría contagiandose.








Las oficinas estaban prácticamente vacias, la mayoría teletrabajaba, las reuniones eran todas de videollamadas, Laira era una de ella, por los niños, desde el confinamiento no los había visto, de eso ya eran varios meses, extrañaba mucho a esos  críos, ya tenian los dos años y pico crecian muy deprisa.

Mi jefa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora