Cap 26

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Llevabamos dos semanas coqueteando, con miradas roces sonrisas, me trae el café se lo llevo yo me invita a comer o a cenar, nada más que eso pero me estaba dando vértigo y mucho miedo.

Malú me gustaba demasiado, mi cuerpo temblaba al estar a su lado por no decir  esas mariposas que tanto hablan por mí estómago, sensaciones que no había sentido nunca por ninguna chica.

Luego venía  los miedos que no me dejaban dormir, los miedos que ella no sintiera lo mismo que yo, ser utilizada y tirada como una mierda, no creia que pudiera soportarlo.

Malú llevaba este tiempo cambiada conmigo, me había prometido portarse bien no amargarme y lo estaba haciendo demasiado bien y ahí estaba el miedo a que derrepente cambiará su accitud hacia a mi.

Y si no tenía bastantes preucuoaciones con Malú hoy tenía la cita con mi médico y estaba aterrada los dolores seguían, no se lo había contado a nadie, mi hermano estaba fuera apagado y sin convertura como le decía yo, Malú también tenía sus preucuoaciones con la empresa y con Laira y sus hormonas de embarazo que igual reia que lloraba por las esquinas, esto lo tenía que pasar sola.

Llamé pronto a la empresa dije que no me encontraba bien, cinco minutos tardo en llamarme Malú preucupada.

-Que pasa Gigi?

Ya había empezado a llamarme a si me gustaba y me preucuoaba su confianza.

-Solo un dolor de cabeza no te preucupes, si más tarde estoy mejor iré a la oficina.

-Tranquila no te preocupes cógete el día libre descansa.

-Intentaré adelantar en casa Malú.

-Si quieres te envío un médico a tu casa de la empresa.

-No no sólo es un dolor de cabeza.

-Métete en la cama y duerme.

-Si ya lo estoy.

Si supiera que ya ando vestida con el bolso colgando.

-Te llamaré a la tarde.

-Gracias Malú.

Después de hablar con ella cogi las llaves del coche cortesía de la empresa y fui directa a la clínica.

Cómo siempre tuve que esperarme un buen rato, la doctora me recibió con un cordial saludo me invito a sentarme.

-Como se encuentra Gillian?

-No muy bien igual que cuando vine.

-Siguen los dolores?

-Si.

Mis piernas ne movían al mismo tiempo que la doctora movía sus dedos en el ordenador, luego me miró cuzo sus manos y me entró el pánico.

-No tengo demasiadas buenas noticias, pero tranquila tiene solución.

-Pues me está asustando.... Por favor quiero la verdad nada de medias verdades.

-Si por supuesto, mire señorita Gillian, tiene un tumor el el ovario derecho....

Escuche tumor y se me puso una presión en el pecho que parecía que me iba a dar algo.

-Hay que extriparlo cuanto antes y luego tiene otros en el útero pero más pequeños estos no tienen mucha importancia por el tamaño los podemos extirpar.

Ya se me saltaban las lágrimas del miedo que tenía.

-No se preucupe señorita Gillian es una operación rutinaria y no debe preucuparla demasiado.

-Y cuando sería esa operación?

-Cuanto antes mejor yo le recomandaria en unos días.

-En unos días.... Estoy trabajando.

-De eso no debe preucuparse la empresa se hará cargo de todo, si me da el permiso tramito los papeles y en dos días pasa por quirofano.

-Y me puede explicar después el pos operatorio?

-Solo pasará ingresada una noche y luego para casa, reposo los primeros días y en un mes y medio se podrá volver a reincorporar al trabajo, no creo que llegue a los dos meses de baja, eso sí si quiere ser madre tendrá que hacerlo en los próximos cinco años luego le será muy difícil.

Para pensar en ser madre estaba yo, no tenia otra preucupacion que esa, solo tenía veintitrés años para pensar en tener hijos ahora solo me preucupaba que esto pasara pronto.

La doctora tramito los papeles, me dio cita para dentro de dos días a primera hora y si me encontraba angustiada que me tomará alguna pastilla para tranquilizarme.

Salí de la clínica asustada y afligida, mi cabeza no paraba de pensar que haría ahora yo sola, como me las arreglaría en casa sin poder hacer nada los primeros días después de la operación.

Era tanta la angustia que cuando llegue a casa me vino todo me tire en la cama y me puse a llorar.

Mi móvil sono varias veces, de reojo mire que era Malú, no tenía fuerzas para cogerselo y menos hablar con ella sin volver arrancar en lloros, lo puse en silencio y me tape hasta la cabeza quería dormir y despertar que esto fuera una pesadilla.





No quería agobiarla, espere todo lo que pude en llamarla pero habían pasado tres horas y necesitaba saber como se encontraba, la llamé no me lo cogió pensé que estaría dormida lo volvería a intentar más tarde.

Espere no llego una hora pero esta vez no daba señal el móvil o  estaba apagado o se había quedado sin batería.

No quería ser angustias Gilian solo era una trabajadora más, la mejor pero eso era una más o eso es lo que yo me creía creer, aunque estas semanas no decía lo mismo, siempre que la tenia a mi lado moria por besarla mientras miraba esos ojos en los cuales me perdía, alguna vez estuve apunto de dar ese paso besarla  siempre me hechaba hacia atrás, por miedo o eso es lo que creía, nunca antes me había pasado con ninguna, con ella mandaba mi cabeza no mis impulsos primarios de follarmela en cualquier sitio, cerraba los ojos y me la imaginaba desnuda entre mis brazos, besando cada parte de su piel haciendo que gritara bien fuerte pero después volvía la razón, su edad y hermana de Gustavo el cual se volvería loco, lo conozco demasiado bien y daría el grito en el cielo, no era homofogo con los demás pero si en su núcleo familiar, conmigo no tenía ningún problema con mi  orientación pero por lo que lo conocía con su hermana sería diferente.

Intentaba huir sin éxito, mejor era meterme de cabeza en el trabajo y olvidarme unas horas de ella y parecia que lo había conseguido cuando entre los papeles que me habían pasado de bajas de mis empleados estaba el de ella.

Me quedé sin respiración cuando vi los trámites de una operación para dentro de dos días, no ponía el motivo eso era confidencial médico paciente.

Descolgue el teléfono marque a la clínica quería saber el motivo de la operación pero volví a colgar, no tenía ningún derecho en amenazar a los médicos con despedirlos si no me daban la información.

Intenté esperar pensar pero no podía algo me decía dentro de mi que esto no era un simple dolor de cabeza había algo más detrás de esto, me levante cogí mi bolso y sin decir donde iba cogí uno de los coches, conduciría yo no quería que nadie supiera donde iba, tampoco hacía falta preguntar donde vivía había estado muchas veces en casa de Gustavo en alguna que otra fiesta que el montaba y que yo supiera Gilian seguía viviendo allí.

No era lejos no tarde ni siete minutos cuando ya estaba delante de su puerta, llamé varias veces sin respuesta, no pensaba irme de allí, no había posibilidad de que no estuviera en casa, el conserge me lo había dicho.

Cuatro veces llame y estaba dispuesta a derribar la puerta cuando abrió una Gillian con pijama, ojos rojos de tanto llorar y lo que me provocó en ese instante fue abrazarla y así lo hice, ella se abrazó a mi cuello y explotó a llorar.

Mi jefa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora