Cap 93

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Estaba en una de las reuniones más importantes desde que había llegado a las Islas, estábamos a punto ya de estampar la firma de un nuevo proyecto, quería expandir la fundación por la península no sólo en Madrid que ya lo habíamos empezado también en varias comunidades.

El negocio iba más que bien Teníamos  bastantes empresarios los cuales querían subirse al barco pero no de cualquier manera.

La fundación era mía mi proyecto y mi ilusión y nadie más iba a tener una sola acción más que yo

Necesitaba inversores pero no a cualquier costa, en estas carpetas estaban mis condiciones aceptaban o se bajaban del barco y otros vendrían no había ninguna prisa.

Atando los últimos flecos cuando mi móvil vibro encima de la mesa, el número era de la casa hogar, no llamaban si no era por algo, la pesada era yo, entonces me vino a la cabeza que algo podía estar mal con las niñas.

Colgué cogí el móvil en las manos me levante de la silla haciendo demasiado ruido todos los presentes levantaron la cabeza y dirigieron la mirada a mi persona y la mía fue directa a Leonardo primero.

-Leonardo ocúpate tengo una llamada  importante ocúpate tu por favor.

El asintió y tomo el mando mire a Gillian que no había dejado de mirarme en ningún momento y en su cara había preocupación.

-Acompañeme al despacho.

No dijo nada cogió sus cosas y salimos de la sala de reuniones.

-Que pasa Malú, quien ha llamado?

-De la casa hogar.

-Que quieren?

-No se Gilian he colgado.

-Pues llama!

-Estoy nerviosa y si se han hechado atrás y si ha pasado algo....

-Joder gorda llama ya  de una vez.

Como podía poner tan nerviosa con esto, yo a la que todos agachavan la cabeza al pasar a la que llamaban la diosa y ahora estoy temblando.

Cuando iba a marcar volvieron a llamar.

-Son ellos...

-Descuelga!

Lo hice y lo puse en altavoz.

-Señorita Malú?

-Si soy yo.

-Le llamaba por que ha habido un brote de Varicela en el centro...

-Las niñas como están las niñas?

-Me gustaría que vinieran y habláramos en persona.

-Y a mi me gustaría que me dijeran como están mis hijas.

Gilian me pidió calma pero ahí ya era yo esos nervios de un principio se habían ido y había entrado la jefa la que manda.

-Tranquilicese venga y hablaremos en persona, las niñas están bien.

-En media hora estamos ahí.

Colgué y volvieron los nervios de madre.

Empecé a caminar por mi despacho como un pollo sin cabeza.

-Quieres estarte quieta vas hacer un agujero.

-Y si están muy mal?

-Malú es varicela no es Colera ni peste  es una enfermedad típica tranquila, espera aquí voy a la sala y digo que nos ha salido un problema que leo se ocupe de todo.

Mi jefa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora