CAPITULO 28

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El legado del diablo

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El legado del diablo.

Marcello.

No tener el control de lo que sucede a mi alrededor, me frustra. Soy el Don, se supone que controlo todo lo que sucede en este lado de España, pero aquí estoy, esperando una llamada que ya debió llegar y que me ha mantenido despierto por una semana sin dar señales de que aparecerá.

Los de la Yakuza sí que llegaron. Junto a Nicoletta tomamos mi avión privado y llegamos a Santiago en tiempo récord, pero ellos no aparecieron. Solo le dijeron a mi Sottocapo que esperara una llamada por su parte, pero no habían aparecido en todo este tiempo.

—Marcello, cálmate. —La seriedad en la voz de Nicoletta me entra por un oído y me sale por el otro—. Jerom me dijo que están en el territorio de Qiang, es todo lo que sabemos.

Bufo, soportando mi peso en mis manos al reclinarme sobre el escritorio en mi despacho. Eso es lo que no me gusta, que hicieron tratos con Qiang, arreglando los problemas de familia que surgieron hace años para tener aliados en España.

—Necesitamos más gente no solo en el lado de Qiang sino de Dimitri —sostengo sin mirarla, solo escucho sus pasos a medida que va y viene alrededor de mi oficina, mandando mensajes—. Las cosas no están para inconvenientes.

—Luego de hablar con Jerom, contacté a uno de tus antiguos infiltrados en la AVOC —me informa, avanzando hacia mí. Pongo mis ojos en ella, recibiendo el celular que me tiende y que me revela una foto de Zinov Abramov saliendo de un centro de terapia física—. Se está reuniendo con gente importante de Rusia, lo mejor será que le digas a Maxim para que intente averiguar.

—¿Cómo sabes?

—Porque lo seguí —responde sin dar muchas explicaciones—. Necesitaba tener la certeza de que tu esposa no está haciendo tratos con ellos.

—¿Y la tienes?

—Anastasia fue al territorio de Dimitri hace unas semanas —mantengo mis ojos en ella pese a que sus palabras me toman desprevenido. Sé que por Aleska, Anastasia ha mantenido el contacto con Dimitri, pero que Nicoletta tenga sus ojos de más en esta situación no me gusta en lo absoluto—. No se reunió con nadie, pero visitó un par de clubes que le siguen perteneciendo a Zinov.

—¿Para qué?

—No lo sé, pero fue con los supuestos mestizos —soltó mostrando desinterés—. ¿Qué piensas?

—Tal vez sea momento de tomar esa oferta de Zinov que me hizo hace dos años —comento acercándome a ella—. Si las cosas siguen así tomaré la decisión de reunirme con él.

—¿Por qué no con Dimitri?

—Porque es mas probable que me eche a ese viejo al bolsillo que a su hijo.

Nicoletta asiente, dándome la información que le pido sobre mis negocios en Italia. Levantar el frente que dejaron destruido los Lombardi no ha sido fácil, muchos han muerto, pero la VOAC está sentando sus bases en territorio italiano, estableciendo los cimientos de lo que será el legado de mis sucesores.

DOLOROSA VINDICTA [+21] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora