CAPÍTULO 48

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[ESTE CAPITULO CONTIENE ESCENAS FUERTES DE VIOLENCIA +21]

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[ESTE CAPITULO CONTIENE ESCENAS FUERTES DE VIOLENCIA +21]

Puede ser contrario a las creencias y forma de pensar de muchos así que recordemos el contexto de la historia, las personalidades de los personajes y manejemos el respeto. 

Si no te sientes listo para leer este tipo de escenas, abstente de leer este capítulo para ahorrarte algún impacto negativo que es lo menos que quiero. De antemano decir que no promuevo las prácticas violentas aquí realizadas, mi intención no es dañar a nadie al escribir esta historia. 

LUEGO DE ESTA ADVERTENCIA, SI TE SIENTES LISTO PARA LEER, BIENVENIDO/A

***

Sin aire.

Anastasia.

Quiero dejar de mirar la pantalla de mi computadora, pero no consigo apartar la vista, como si de alguna manera necesitara reproducir cada uno de los videos para mantenerme cuerda o por lo menos, para evitar salir corriendo en busca del causante del sufrimiento de las personas que me rodean.

Solo que esta vez no es un video como en las noches, sino la escena en vivo. 

Marcello entra como cada mañana a la bodega en la mansión, sus autos están estacionados en la parte frontal esperando a que termine y yo, ajusto el reloj cada hora esperando el momento en que mi esposo entra a las nueve en punto al lugar donde Ilias no ha obtenido ni un segundo de descanso cuando está consciente.

No he ido.

No he podido alejarme de la niña que no duerme mucho, tampoco come y llora como si no hubiese mañana.

Tal vez para ellas ya no lo hay porque Stella tampoco sale de su habitación, solo llora. La traje conmigo al departamento que compré hace tres días luego de varios quedándome en la mansión con Aleska.

—Ya llegó a la mansión —anuncia Roger, sentándose a mi lado en el estudio, haciendo una mueca al lastimarse la herida—. Pero ya no tengo que avisarte, parece que siempre estás esperando a que él llegue.

Lo hago.

Necesito esto como el aire para respirar.

—¿No piensas ir?

—No aún.

Quiero que sufra. Y sé que lo mataré nada más tenga la oportunidad de hacerlo, nada más lo mire y recuerde cada una de las lagrimas que ha derramado mi hija acurrucada junto a mí al no poder dormir por las pesadillas que no la dejan vivir.

—Deberías estar guardando reposo.

—Eso está sobrevalorado —se encoge de hombros—. Estoy bien. Solo fue un roce.

DOLOROSA VINDICTA [+21] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora