CAPITULO 2

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Miradas fugaces

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Miradas fugaces.

Anastasia.

Las manos me tiemblan, el corazón parece que en cualquier segundo se saldrá de mi pecho por la frecuencia de mis latidos y mi mente viaja a los dos posibles escenarios al que el papel en mi mano puede llevarme una vez Roger me lo entrega al llegar a una de las habitaciones que reservamos para emergencias.

¿Es o no es?

—¿Esto es cien por ciento seguro, Roger?

No me atrevo a mirarlo, mis ojos no consiguen apartarse del sobre que sostengo entre mis manos que contiene la respuesta a una de las tantas preguntas que no me ha dejado dormir en los últimos meses.

—Fui a la dirección que me enviaron, yo mismo tomé la muestra y la llevé al laboratorio de tu amiga. Los resultados estuvieron en cuestión de horas.

Paso saliva, escuchando con atención cada palabra que sale de su boca. Sin embargo, es como si no las escuchara porque solo me repito una y otra vez que esto es un sueño, que no me ilusione y que abra esta mierda para estar segura.

Mis manos desprenden el pegante que mantiene sellado el sobre, ni siquiera me interesa que hago el material añicos antes de arrojarlo al suelo, quedándome con el resultado de la prueba de ADN en mis manos.

No consigo leerlo todo al desdoblar el papel. Mis ojos van a dos puntos en específico que se mantienen en mayúsculas y negritas, alertándome a que plante mi mirada en esa parte en particular.

ALESKA ABRAMOV...probabilidad...ANASTASIA ABRAMOV.

Omito las palabras, mi garganta se cierra y repito su nombre en mi cabeza.

Aleska.

Se llama Aleska.

Parpadeo un par de veces, evitando el escozor que solo se acumula en mis ojos. ¿Por qué le puso ese nombre?

La presión no me deja respirar y tengo tanto miedo de seguir leyendo a medias porque no logro concentrarme. Aparto el papel, tendiéndoselo a Roger.

No puedo.

He tenido que pasar por muchos momentos estresantes en mi vida sin saber cómo continuar, pero este le saca la delantera a cualquiera de ellos. Respiro por la boca dándole la espalda al hombre al que tuve que confesarle parte de mi vida para poder conseguir ese resultado.

No podía arriesgarme a ir al punto de encuentro sola, tampoco a llevar a mi gente porque si era verdad, la expondría a todos aquellos que me están vigilando.

Maxim no sospecharía nada raro si Roger no iba hoy a la reunión, la gente de Marcello tampoco, y aproveché este viaje para enviarlo a Londres. Él mismo se encargó de ir por la muestra, la llevó al laboratorio y me la trajo, tranquilizándome al saber que sea cual sea este resultado, será real.

DOLOROSA VINDICTA [+21] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora