Confesión.
Anastasia.
Ekaterina y Sergey me observan con desconfianza, furiosos incluso, solo que los dos sentimientos que me profesan tienen motivos completamente distantes y diferentes. Luego de mantenerlos retenidos por varios días, es lógico que no sientan más que furia en mi dirección, sabiendo que apenas los han dejado ver un rostro conocido cuando vienen a entregarles de comer como si fuesen los mismos prisioneros del comienzo.
No me sorprendió que Ekaterina se intentara abalanzar sobre mí, queriendo golpearme, probablemente asumiendo que iba a entregarlos a los rusos que se llevaron a Zinov hace varios días, el mismo día que maté e Ilias. Es por ello que solo le indico a Roger que la suelte cuando veo a Sergey listo para atacar al hombre que mantiene prisionera a su hermana.
—Si siguen asumiendo lo peor de mí, les voy a dar lo peor —les advierto, sentándome con Roger tras de mí, el cual se aleja, dejando a Ekaterina junto a su hermano.
—No te hagas la muy digna y mujer de palabra, Anastasia —sisea la castaña, calmando su respiración—. ¿Por qué nos mantuviste encerrados aquí todos estos días?
—Tenía asuntos que atender.
—Y nos importan muy poco —establece Sergey, lanzándome una mirada de advertencia que no me gusta—. Pero nos diste tu palabra y eso no incluía dejarnos aquí.
—Ni lo incluirá —termino por él—. Antes de que quieran atacarme, iré al punto porque no tengo el tiempo de ninguno de los dos. Hablé con Yasha Sokolov, su caso ya no hace parte de La Organización, sí del gobierno ruso, y por ello, pedí que reconsideraran la condena que les impusieron.
—Ellos nunca harán esa mierda —me interrumpe Ekaterina—. Seguro están afuera, esperando y...
—¿Te puedes callar, maldita parlanchina? —digo hastiada de que no me deje hablar.
—A mi no me hablas así, maldita idiota. —Se acerca y me levanto, apartando la mano de Roger de un manotón cuando quiere agarrarme como Sergey intenta hacer con nuestra impulsiva hermana—. ¿Qué? ¿Quieres pelear antes de que nos entreguen?
—Deberías callarte —establezco.
—Ven y cállame.
Sé que tiene razones para dudar de cualquier cosa que salga de mi boca, pero definitivamente pensé que sería mas difícil tratar con su hermano que con ella, no que tendría una maldita respuesta para todo.
—Yasha accedió a darles un año libres. —Resopla y estoy a nada de atravesarle la cabeza con una bala cuando Sergey la toma del cuello y la sienta, presionando sus manos sobre sus hombros en advertencia—. Gracias.
—¿Cuál gracias? Habla o la suelto.
—Dios, una bala en el culo molesta menos que ustedes —susurro, controlando mis ganas de irme.
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DOLOROSA VINDICTA [+21] ✓
RomanceLIBRO II [T-E-R-M-I-N-A-D-A] Crueldad y piedad. En la mafia no se perdona ni se olvida. Perverso. Manipulador. Sanguinario. Vil. Marcello Venturi ha regresado y esta vez mucho más peligroso que antes. El juego de poderes no ha terminado. De hec...