CAPITULO 37

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Decisión

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Decisión.

Marcello.

Ella se está acostando con él.

Suelto una risa seca al repasar a las dos personas que se suben al avión privado en los Emiratos, ausentes de que parte de su gente, es la mía también.

—Y yo que pensé que era lo suficientemente inteligente para no caer en las manos de Ibrahim —suelta Jerom con sus ojos verdes clavados en mí desde su lugar en el sofá—. Mancha el apellido Basile con sus acciones.

La rabia está presente en su voz, y es porque él sabe que Nicoletta no solo comenzó a torcerse hace poco, sino que desde que tomó el cargo tras la posesión de Domenico, ha estado jugándonos sucio. Su padre tiene mucho que ver en esto, y es por eso que la rabia de Jerom Basile, mi nuevo Sottocapo, va dirigida en su dirección.

—Mi hermano murió por esta familia, Marcello. La VOAC es nuestra vida, nos corre por la sangre y ella lo está destruyendo.

Recordar a Domenico no me gusta en lo absoluto. No siento dolor por la pérdida porque todos nada mas entrar están condenados, mucho mas nosotros que nacimos siendo parte de la VOAC sin posibilidad de una elección diferente.

—Ella no es tonta, Jerom. No la subestimes —advierto tendiéndole el vaso de coñac frente a mí para que se relaje un poco. Lo toma de mi mano, pero no se lo lleva a la boca—. Esto nos va a servir de mucho eventualmente, pero por ahora lo mejor es cerrar la boca.

Su postura adopta un deje de inconformismo, pero asiente. A diferencia de Domenico, a Jerom le encanta hacer las cosas de manera impulsiva, recordándome a una persona en especial a la que le debo un par de verdades. Sin embargo, todos estos meses, se ha guardado la rabia, la ansiedad y se ha tragado el deseo de venganza para esperar y así poder condenar a Zhao Oshiro por la muerte de su hermano.

Jerom tiene claro algo y es que no quiere atacar directamente a Qiang, sino que le hará lo mismo que él le hizo: quitarle a su hermano.

—¿Qué planeas hacer con esas fotos entonces? —cuestiona bebiendo por fin el coñac—. Porque ella sigue creyendo que te está viendo la cara. Desvió las armas que tenían que llegarte hace unos días y me pidió que las cambiara por las que están en Alemania.

—Para mi suerte y su desgracia, tu lealtad está conmigo.

Ni siquiera vacila al asentir. Puede que no confíe en las personas a mi alrededor, pero le estoy dando parcialmente el beneficio de la duda a Jerom además de que tengo muchas personas vigilándolo. Él está cumpliendo a cabalidad mis instrucciones, y por supuesto que con la muerte de su hermano y posteriormente la de su prima, el puesto de Sottocapo es suyo.

Cometí un error al darle el puesto a Nicoletta, pero en ese momento no lo vi así. Hoy asumo las consecuencias y trabajo con lo que tengo a la mano. Además, Jerom era un soldado en entrenamiento y no podía ocupar el puesto, no confiaba en nadie más.

DOLOROSA VINDICTA [+21] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora