🌺CAPITULO 12🌺

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Vladimir...




Una detonación.

Dos detonaciones.

¡Poom!

¡¡Poom!!

Más detonaciones.

Tiro el arma al suelo y jalo los mechones de mi cabello. Gruño con frustración sintiendo como todo se encuentra fuera de mi control.

Esta semana ha ido de la mierda, empezando por el mal parido de Fisher que cree que conmigo es sencillo jugar. Seria tan sencillo acabar con él, dejar una bomba en el mansión de su familia que posee en Alemania y acabar con toda su descendencia. No obstante puedo ser más inteligente que eso, mi padre me enseño que al enemigo hay que dejarlo correr un poco, permitir que saboree el placer de creer que va a ganar. Eso, antes dejarlo caer el hoyo sin fin de la derrota.

Formo una demente sonrisa de solo imaginarme lo genial que seria ver esa imagen.

Pero aún no. Todo a su tiempo.

Dejando de lado esa porquería, también esta el hecho de tener las constantes ganas de saborear nuevamente al ángel, tenerla en mis brazos fue el detonante que hizo que mi piel herviera del deseo de tenerla conmigo. En mi cama.

Algo de mi se quebró al notar su decepción al alejarme de ella cuando la bese, quise hacer todo lo que estuviese en mis manos para cambiar esa terrible expresión de su rostro. Pero no debo doblegarme frente al deseo, en estos momentos alejarme y reprimir las ansias de poseerla es lo más indicado por su bien.

Una vez que deje libre esas ganas y permita que me consuma el deseo, no pararé hasta que corrompa hasta la más mínima gota de su esencia.

No, ella no se lo merece.

Es para mi es inevitable no rememorar la imagen de su rostro llena de confusión al despertar esa mañana en la cama. Estoy consiente que se moría por preguntar más a fondo de lo que paso esa noche. Sin embargo, su evidente timidez pudo más con ella. Evitando así que indagara más en el asunto. Cosa que para mi fue excelente.

En mi mente quedo grabado cada detalle, tan profundo que creo que será imposible que lo olvide con facilidad.




..[❀]..




-¡Hermanito!- la voz cantarina de mi hermana retumbo en mi despacho.

-¿Ahora que quieres Aliona?- hablo sin quitar la vista de los documentos que poseía en mis manos.

-Ay pero que ánimos- no puede pasar por alto el sarcasmo en su tono.

Levanto la mirada encontrandola de pie con una bandeja en sus manos. Alzo un ceja al notar como con una sonrisa se va aproximando a mi.

-Y eso?- pregunto extrañado refiriéndome a la bandeja que poesía una pequeña taza con lo que supongo es café.

-Susan esta ocupada en la cocina y me ofrecí a ayudarla un poco- se encogió de hombros restándole importancia y mostrando ese carisma tan singular de ella.

No quito sus ojos de mi mano cuando tome la taza. Sin que lo notara observe de reojo como movia su pie derecho inquieta, acción clara de que algo andaba mal.

Lleve el borde de la taza a mis labios, pero no bebí. Mi hermana sonrió satisfecha y baje la taza observandola.

-¿Algo más?- pregunte tosco.

-Eh, no. Ya me voy- hablo rápidamente tras una risita- cualquier cosa, estoy por ahí.

Dando brincos salio de mi despacho, ganando que mueva mi cabeza negando.

Una Flor para Mi Angel [#3 Saga Flores]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora