Anna...
Abrí mis ojos con lentitud cuando pude sentir una leve punzada de dolor en mi cabeza. De manera impulsiva lleve una de mis manos a mi sien, cerrando nuevamente mis párpados.
Todo me resulta muy confuso.
Poco a poco, voy incorporandome en mi lugar. Vuelvo a abrir mis ojos y comienzo a recorrer con la mirada la habitación en la que me encuentro. Es amplia, mucho más que la que me habían asignado con anterioridad, de colores oscuros y muebles de color negro y cojines grises. Las cortinas evitan que la luz ingrese, por lo que me resulta difícil saber si es de día o de noche.
¿Como termine aquí?
Mi cuerpo lo sentía entumecido, como si hubiera estado corriendo un gran maratón sin tener descanso alguno. No sabia cuanto tiempo estuve inconsciente, en mi mente solo había una nube grisácea que cubría todos mis recuerdos. Solo puedo recordar haber estado con Aliona, que tome el liquido que la señora de la tienda nos había dado; pero después de eso nada. Simplemente no se lo que ocurrió después.
-Veo que ya despertaste.
Doy un pequeño brinco al escuchar su voz.
Por favor que no sea quien estoy pensando.
Levante mi mirada y casi quise que en ese mismo momento viniera la tierra y me tragara por completo.
Frente a mi se encontraba Vladimir cubierto solo con una toalla, que apenas le cubría la parte íntima de su cuerpo. De su cabello escurría pequeñas gotas de agua, por lo que es fácil interpretar que se acaba de dar una ducha. Mis mejillas ardieron al ver su tonificado cuerpo, como apenas pude deslumbrar los hermosos tatuajes que adornaban su brazo derecho hasta llegar hasta su hombro. Las palpitaciones de mi corazón fueron aumentando de sobremanera, casi hasta el punto que un poco más y saldria este órgano vital de mi pecho. Dios me va a dar un infarto.
-Disfrutas la vista?- dijo al notar que me quede mirándolo más de la cuenta.
Ahora si soy un tomate viviente.
Baje la mirada y fue ahí donde me di cuenta como me encontraba vestida.
Llevaba solo una camisa masculina verde militar y mis bragas, dejando expuestas por completo mis piernas. Y dando rienda suelta al sin fin de teorías sobre la respuesta de lo que ocurrió anoche.De manera inmediata tome la sabana y cubrí mi cuerpo lo más que pude, cosa que un momento me pareció absurda, debido a que él ya debió haber visto todo.
-¿Como llegue aquí?- mi voz salio poco audible, sin embargo lo suficientemente alto como para que el me pudiera oír.
Jugué con el borde de la sabana mientras esperaba su respuesta, cosa que nunca ocurrió ya que se mantuvo en silencio. Podía sentir como su pesada mirada estaba puesta en mi, haciendo que me removiera un poco en mi lugar.
Esto me esta volviendo loca.
-Nosotros...?
No tuve el valor terminar de formular mi pregunta. Mi mejillas se tornaron aún más rojas de lo que pudieron estar alguna vez.
Escuche como sus pasos se iban acercando hasta llegar hasta el borde de la cómoda. No fue necesario levantar mi mirada para saber que había tomado asiento en una de las orillas de la cama.
-Eso es lo que quieras. ¿No es cierto?- hablo de manera cruda.
Me encogí de hombros, sintiéndome cada vez más pequeña. Mordí el interior de mi mejilla, al no encontrar las palabras adecuadas para afrontar esta situación.
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Una Flor para Mi Angel [#3 Saga Flores]
RomanceElla... Ella es la definición de dulzura, inocencia y pureza. Era la luz de su familia, con una sonrisa y belleza capaz de cautivar a cualquier hombre. Pero dentro de toda esa bondad y buen corazón escondía demonios que noche tras noche la torturaba...