Capítulo #28

934 53 4
                                    

Vuelvo a la conciencia poco a poco, como siempre mi hábito de despertar temprano hace acto de presencia. Al abrir mis ojos observo la mesa de noche, notando que el reloj marca las 07:00 am, suspiro intentando moverme, pero el cuerpo de Raphael me lo impide. Este abrazado a mi espalda, su brazo derecho se aferra a mi cintura, dejando su mano apoyada en mi vientre. Giro mi cabeza para observarlo sobre mi hombro. Duerme aun, aunque noto que su rostro no está del todo relajado, tiene el ceño fruncido ligeramente.

Salgo con mucho cuidado de su abrazo y me levanto de la cama para iniciar el día. Tenemos que estar antes del mediodía en casa de Alessio. Luego de asearme y vestirme, me decido por un vestido floreado que tiene tirantes y cuello en V, me llega hasta arriba de las rodillas, con unos tacones color marrón, que me colocaré cuando ya vayamos de salida, pienso mientras me coloco mis amadas pantuflas.

Bajo al primer piso y todo esta silencioso. Ninguno de estos dos hombres se ha despertado, quiere decir, que se acostaron tarde. Comenzaré a preparar el desayuno. Me di cuenta de que Nonna Emilia dejo unos croissants listos solo para hornear, así que los saco de la nevera, mientras dejo que el horno se precaliente. Comienzo a preparar huevos revueltos, con tocino que Raphael ama, supongo que a Ekrem también le debe gustar, fruta picada, jugo de naranja. Estoy terminando de llevar la que preparé al comedor, cuando siento pasos bajando las escaleras.

Me doy la vuelta esperando ver a Raphael, mi sonrisa decae un poco al ver que es Ekrem. Tiene puesto un jean color gris, zapatos elegantes color negro y una camisa color azul oscuro. Me observa fijamente mientras se acerca.

Aurora la educada, activada.

-Buenos Días Ekrem- le saludo mientras apoyo la jarra con jugo de naranja en la mesa- Me desperté temprano.

-Eso veo- comenta mientras analiza la mesa. Levanta la vista – Buenos días.

Bueno, no está siendo descortés...aun.

-Toma asiento, aún falta lo que está en el horno ¿Quieres café? - le trasmito siendo amable. La verdad no quiero que exista ninguna incomodidad entre los dos.

-Sí, gracias – responde. Me doy la vuelta para servir tres tazas de café, siento como retira la silla del comedor y toma asiento. En eso suena el horno avisando que ya está. Tomo el paño de cocina, abro la puerta y saco la bandeja con los deliciosos croissants listos.

Que hambre tengo.

Estoy pasando los croissants al plato cuando su voz interrumpe.

- ¿Sueles preparar el desayuno siempre? - interroga. Tomo el plato y me acerco a la mesa de comedor, lo coloco en el centro de la mesa para que este al alcanza de los tres.

-Sí, me gusta hacerlo. A veces lo hago con Raphael, pero siempre que me despierto de primera, lo hago yo- Le respondo mientras termino de acomodar las tazas de café y me dispongo a tomar asiento. Ocupo el puesto donde quedo enfrente de él, dejando vacío la cabecera para Raphael.

Veo que asiente al escuchar mi respuesta. Me observa y noto que va a decir algo, cuando los pasos en la escalera lo interrumpen. Ambos volteamos viendo a Raphael descender de estas. Su cabello castaño, esta peinado hacia atrás aun húmedo por la ducha. Viste uno Jean negros, zapatos del mismo color y una camisa de vestir blanca, con las mangas recogidas hasta sus brazos. Nos observa mientras se dirige a donde estamos.

-Buenos días, veo que pensaban desayunar sin mí- trasmite mientras llega a mi lado. Sostiene mi rostro con su mano derecha mientras se inclina hacia abajo, dejando un beso en mis labios, demasiado corto y suave para mi gusto. – Buenos días Amore- susurra con su voz ronca y puedo sentir como me sonrojo.

-Buenos días- respondo con voz suave. Me sonríe y se sienta en su puesto, estura su brazo y palmea el hombro de Ekrem con gesto amistoso. Este le responde el saludo.

Detrás de las cicatrices.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora