Capítulo #48

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Seco el sudor que corre por mi rostro después de guardar en el auto de Esme mi maleta de viaje. Solo fueron pocos días, pero empaque demasiadas cosas. Dos maletas, llenas de ropa, objetos personales y de trabajo. Detesto empacar.

Suspiro fuertemente mientras miro al cielo con los ojos cerrados. Buscando aquietar mi mente. Me he sentido preocupada desde ayer, la idea de enfrentar a papá me aterra. Pero, tengo la certeza de que es necesario. Espero que con el tiempo logre comprender. Abro mis ojos cuando siento la puerta de la casa ser cerrada.

- ¿Lista? - cuestiona Esme mientras se acerca al auto. Su cabello este suelto, su cuerpo está cubierto por uno de sus habituales vestidos de flores. Se detiene en la puerta del piloto.

-Lo estoy, vamos antes de que se te haga tarde- transmito mientras rodeo el auto y tomo asiento a su lado. Acomodo el cinturón, protegiendo mi cuerpo, mientras siento como Esme enciende el auto y recorre la calle. Un silencio nos recubre mientras recorremos la ciudad, pero es un silencio lleno de paz.

Es algo que siempre me ha fascinado de nuestra amistad, no siempre tenemos que estar hablando, disfrutamos de la compañía de la otra en silencio, es algo que no suele ocurrir muy seguido a las demás personas.

-Es la tercera vez que suspiras ¿Qué te atormenta? - interroga con suavidad. Apoyo mi cabeza en el respaldo del asiento, mientras giro mi rostro para mirarla. Está centrada en la carretera, atenta a mi respuesta.

-Me preocupa la reacción de papá cuando le diga sobre Raphael, tengo miedo de que se oponga y sinceramente anhelo que me entienda cuando se lo explique – murmuro consternada. Conozco a mi padre, sé que no aceptará esto tan fácilmente.

-Es lógico, te vio destrozada por las acciones de Raphael, pero sé que si le explicas todo logrará comprender la situación. Poco a poco, con el tiempo lo perdonará, así como lo hiciste tú y como lo hice yo- transmite con esa sabiduría que siempre la rodea – Pero eso sucederá si eres sincera, y sabes que debes serlo respecto a otro tema también.

Una punzada de culpa me recorre cuando comprendo sus palabras. La única cosa que siempre le he ocultado a papá, a mi familia, es sobre el apoyo que les brindé a los Brown. Es la única cosa que atormenta mi alma, he hablado sobre eso con el Doctor Roosevelt, acordamos un día para decirle, pero con todo lo que sucedió con Raphael fue pospuesto.

-Eso deseo Esme, que me entienda cuando sepa ambas cosas- susurro, nos detenemos en un semáforo, aprovecha y voltea a mirarme. Me sonríe con motivación cuando detalla a angustia en mi rostro. Le brindo una sonrisa pequeña en respuesta. Luego de media hora ya estamos a una calle de mi casa. Esme detiene el auto en la entrada. Respiro profundo llenándome de valor. Estoy a punto de abrir la puerta del auto, cuando el sonido proveniente de la fachada de mi casa llama nuestra atención.

Observamos la puerta abrirse y mi corazón se detiene cuando veo quienes están.

- ¿Raphael? - murmuro con voz entrecortada mientras lo observo salir de mi casa acompañado de mi padre. Esme me observa con preocupación, regreso mi vista a ellos y se ven tranquilos.

Ambos hablan en voz baja, papá lo observa con tranquilidad y Raphael igual. No soportando más la incertidumbre me bajo del auto, atrayendo la atención de ambos.

-Hija mia – exclama papá mientras se acerca mí, camino hacia él encontrándonos a medio camino y lo abrazo. Sentir su amor me llena de paz. Su mano acaricia mi cabello mientras me aferra a su cuerpo – Ya estás en casa mi cielo ¿Cómo estuvo el viaje?

Interroga mientras me separo de su cuerpo para observar su rostro.

-Estuvo bien papá – le transmito mientras me separo de él, centrando mi atención ahora en Raphael. Sus ojos grises se entrelazan con los míos, y solo deslumbro en ellos tranquilidad - Raphael ¿Qué haces aquí? – interrogo con curiosidad y preocupación.

Detrás de las cicatrices.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora