Capítulo #50

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"Quienes nos quieren, nunca nos abandonan...Siempre estan aquí" 

- Sirius Black, J.K. Rowling. 

Con el paso del tiempo, llegó el viernes. Cumpleaños de papá. Como es costumbre, Alex, Alfonsina y mi persona le preparamos el desayuno que mas le gusta, decoramos de forma sutil el comedor. Subí a su habitación, a despertarlo como siempre lo hago desde pequeña. Me acurruco a su lado cantándole el feliz cumpleaños mientras poco a poco se despierta.

En respuesta me hace cosquillas como siempre, haciéndome explotar en carcajadas. Salgo de la cama mientras le digo que se arregle, que estamos esperando en el comedor. Desayunamos los 4 juntos, luego de un buen rato, cada uno regresa a sus actividades. Alex se va a la universidad, Alfonsina regresa a su casa, que queda a unas cuadras de aquí. Hace unos meses conoció a un hombre divorciado muy amable y carismático, llamado Alejandro.

No se porque a todos nos daba la sensación de que ella y papá podrían llegar a terminar juntos, Mi hermana Sophia lo menciona mucho, pero yo sé que no. Solo basta con mirara los ojos de papá, no brillan cuando la mira. No hay esa química que uno anhela sentir por otra persona.

Al irse todos, me encargo de organizar la casa para la fiesta que habrá en la noche. Luego de asear toda la casa, limpiar el patio; salgo a comprar las cosas que hacen falta. Gracias a Dios Sophia es la diosa de la organización de fiestas, contrató un servicio de catering, que nos traerá la comida que se brindará. De las bebidas se encargó mi cuñado, las que también traerán directamente a la casa.

Solo tengo que encargarme de decorar, y organizar todo en su sitio. Así pasa mi día, entre decorar toda la casa y estar lista para cuando papá regrese. He hablado poco con Raphael hoy debido a todo el ajetreo que he tenido, pro sé que llegará a eso de las 07:00pm.

Alex fue en busca del pastel a la repostería de Esme, de la universidad, salió para allá directamente. Llegó hace un momento, con un pastel de chocolate, con crema de Mocca que mi papá ama con el alma, de tres pisos, son sus 56 años.

A las 08:00 pm comienzan a llegar los invitados. Toda la familia de Raphael ya esta aquí, charlan en la sala de estar con papá, sentados en los sofás, acompañados de Alfonsina y Alejandro; Ángelo y Alex están apoyados en el piano de cola. Raphael, Ekrem, Esme, Sophia y Adam conversan cerca de la ventana.

Suspiro al sentir tanta gratitud. Gratitud por mi vida, por todo lo que hace parte de ella, por estas personas que ocupan esta habitación, son mi familia. A las 09:00 pm cantamos el cumpleaños habitual, papá pide un deseo, luego procede a cortar él mismo el pastel.

Observo la habitación, papá sonriendo mientras esta rodeado de su familia y amigos No puedo evitar recordar como era cuando mamá estaba viva, siempre quería que en estas fechas estuviéramos así, juntos y felices. Me sorprende lo mucho que han cambiado las cosas, como ahora puedo recordar con paz momentos con ella, aferrándome a las emociones positivas que ellos traen.

Hace algunos años, papá me pidió de regalo de cumpleaños, que cantará esa canción que mamá siempre tarareaba, cuando cocinaba, cuando nos sentábamos todos a ver las estrellas. En esa época lo veía imposible, ahora, en este momento, sé que puedo hacerlo. Sonrió, apartando la mirada de ellos y camino hacia el piano. Tomo asiento y levanto la tapa. Acaricio las teclas con mis dedos, recordando cuando mamá me enseñaba.

Simplemente fluye.

Mis dedos comienzan a tocar los acordes de esa canción. Siento como todos guardan silencio, mientras el sonido del piano recorre cada rincón de la habitación. Puedo sentir la voz de papá «Dios mío, esa es...», cierro mis ojos y comienzo a cantar. Sintiendo cada letra, cada memoria que esta trae. La conexión que esto crea en nuestra familia.

Abro los ojos cuando comienzo a cantar la parte de mamá, y lo primero que veo es a papá apoyado en el piano observándome, con amor y sorpresa. Alex esta a su lado con lagrimas en los ojos y Sophia, carga a Nate, mientras Adam la rodea con sus brazos. Las veces anteriores que trate de cantarla, siempre me quedaba sin voz en la parte de mamá, pero ahora, puedo cantarla con libertad.

Recordando su amor incondicional. En la parte donde cantamos las dos, donde nuestras voces solían mezclarse, la puedo sentir, en mi alma y mi corazón. Papá se ríe con lagrimas en los ojos, le devuelvo la sonrisa mientras continúo cantando. Al finalizar alejo mis manos del piano, observando expectante a mi padre.

-No sabes lo feliz que me hace...- su voz se quiebra, inmediatamente me coloco de pie y lo abrazo. Porque lo sé, entiendo lo que quiere trasmitir. Otros brazos nos rodean, Alex y Sophia se unen. Papá ríe de felicidad, mientras seca las lagrimas que caen de sus ojos. Sé, que donde quiera que mamá esté, se siente orgullosa y en paz, de vernos así. Y justo aquí, en este momento, doy gracias.

Porque encontré luz entre la oscuridad que me rodeaba. 



Sinceramente he de admitir, que me pusó emocional escribir este capítulo. Un poco corto, pero con mucho significado. 

Gracias por siempre apoyarme, No se olviden de votar y comentar. ¡Nos leemos pronto! 

Con amor, 

Acrux. 

Detrás de las cicatrices.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora