Capítulo #56

579 29 1
                                    

Han pasado los meses, de forma armónica y constante. Hemos vivido muchas cosas en este tiempo. Con respecto a papá todo esta excelente, ha vuelto a ser el hombre tranquilo y relajado, hemos pasado mucho tiempo juntos como Familia. He continuado centrada en el trabajo, en apoyar a Esme con la repostería y en remodelar nuestra casa.

Nuestra casa.

Eso suena tan irreal y maravilloso. En estos meses nos hemos centrado mucho en la adecuación junto con Raphael. Decidimos remodelar un poco la cocina y dos habitaciones que serán nuestros estudios. En el patio, unas pérgolas preciosas para evitar el sol cuando se necesario y uno que otro mobiliario. Como me prometió Raphael, todo eso lo he asumido yo con el dinero que había ahorrado desde hace años.

Aunque estoy segura de que está esperando el momento perfecto para volver a intervenir, algo hará, de eso estoy segura.

También hemos compartido muchos momentos maravillosos con la familia de Raphael. Cenas solo con ellos, momentos donde ambas familias se han reunido. Disfrutamos pasar tiempo todos juntos, se siente correcto y mágico.

Ha pasado el tiempo de forma tan indescriptible, que hoy nuevamente es 23 de septiembre. Hoy se cumplen doce años desde la muerte de mamá. Sigue siendo duro para todos asumir este día, que está lleno de recuerdos dolorosos, pero a diferencia de los años anteriores, siento más paz este día, al igual que mi padre y mis hermanos. Se que es así.

Puedo sentirlo en mi alma.

Quedamos en reunirnos en las horas de la tarde para ir a visitar su tumba en el cementerio, colocar sus flores favoritas, conversar un rato y ver el atardecer todos juntos, esperando perdernos observando las estrellas por un rato. Es algo que nos hace sentir más cerca de ella.

Luego de unas horas, llego con Raphael al cementerio, aparca el auto en la entrada donde vemos a mi padre, junto con Sophia, Nate, Adam, Alex, Josefina y Alejandro. No saludamos con cariño mientras hacemos el recorrido hacia el lugar que ya todos conocemos. Los árboles se encuentran de un tono verde y dorado. La brisa mueve las hojas de estos creando ese sonido que están relajante a mi parecer. Voy caminando adelante con Nate, quien salta delante de mí intentado no pisar las hojas.

Al levantar la vista me detengo de forma abrupta. No esperaba verlo aquí.

David Brown se encuentra de pie enfrente de la lápida de mi madre, lleva una camisa sencilla, pantalones clásicos, su postura sigue siendo algo encorvada, ha ganado peso por lo que puedo observar y eso en el fondo me alegra demasiado. Pero como mencionó papá, será muy difícil dejar ir la culpa. Pero no imposible.

Continúo observándolo, hasta que los demás notan que me he detenido. Nadie dice una palabra, puedo sentir a mi padre colocarse en mi lado izquierdo simplemente observándolo. Todos lo hacemos. Respetamos su momento. Vemos que murmura palabras, pero desde la distancia es imposible saber que está diciendo.

Pasa las manos por su rostro, secando las lágrimas que salen de sus ojos. Se agacha y coloca un sencillo ramo de flores, las apoya contra la lápida para luego cerrar los ojos por un momento, deja salir un suspiro y colocarse de pie. Da media vuelta hacia nuestra dirección y cuando nos ve se paraliza. Su cuerpo se tensa de forma inmediata mientras nos contempla, se remueve incomodo apartando la mirada.

Observo a papá intentado leer su expresión, pero está en blanco. Su cuerpo esta relajado mientras lo observa. Da un paso hacia el frente cerrando la distancia que hay entre él y David Brown, este al notarlo baja la cabeza. Mi manos se mueven inquietas antes esta situación, los fuertes brazos de Raphael me envuelven desde mi espalda aferrándome a su cuerpo, brindándome el apoyo que necesito.

Detrás de las cicatrices.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora