Capítulo #24

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-La has extrañado- afirma confirmando lo que ya se- Lo importante es que regresará.

-En eso tienes razón- suspiro mientras lo observo. Continua manejando en completo silencio, para nada incómodo. Es una de las cosas que me parecen maravillosas entre él y yo, nada es fingido, nos acoplamos muy bien.

Luego de 15 minutos, Raphael ingresa a su propiedad, aparcando el auto en la entrada. Ambos descendemos del auto, Raphael toma mi bolso de viaje y ambos caminamos hacia la entrada. Me dispongo a tocar el timbre para que Emilia nos abra, pero él me interrumpe.

-No lo hagas, le di el fin de semana libre a Nanna- trasmite mientras saca las llaves de su bolsillo y la introduce en la cerradura. Ambos entramos, Raphael cierra la puerta e introduce el código de seguridad para la alarma.

Deja apoyado el bolso en el recibidor y se dirige hacia la cocina.

-¿Quieres algo de tomar?- cuestiona mientras se detiene en frente de la nevera.

-Un vaso de agua por favor- le respondo mientras camino hacia la sala y me recuesto en uno de los sofás. Apoyo mi bolso en la mesa de centro y me acurruco con uno de los cojines que están apoyados en el sofá.

No puedo evitar suspirar al sentirme tan cómoda. En un milagro que me sienta así en otro lugar que no sea mi casa. Es por él, todo esto nuevo que estoy experimentando es causado por él.

Entonces lo siento. Su mirada, como con ella acaricia cada rincón de mi rostro, bajando por mi cuello, absorbiendo todo y analizando mi posición.

-Puedo sentir tu mirada - le trasmito mientras abro lo ojos lentamente, encontrándolo en frente de mí, de pie en el inicio del sofá. Sostiene dos vasos de agua en sus manos, y su mirada es tan...

Se acerca apoyando los vasos en la mesa de centro.

Es tan...

Se sienta junto a mí, estirando su mano derecha, toca son sus dedos mi mejilla izquierda. No puedo evitar cerrar los ojos al sentir sus suaves caricias recorrer mi rostro.

Es simplemente tan...

Sus dedos recorren mis labios, lo que ocasiona que abra los ojos, los observa con tanto anhelo y pasión. Un escalofrió del bueno recorre mi cuerpo al sentir toda su atención enfocada en mí. Se acerca lentamente, acortando la distancia de centímetros que nos separan, nuestras respiraciones aceleradas se entrelazan en una, su nariz acaricia la mia generando cosquillas.

Es tan...Mágica, posesiva, apasionada.

Sin resistirlo más, rozo sus labios con los míos, juntándolos así en un suave y apasionado beso. Raphael no tarda en tomar el control, apoya su mano derecha en mi mejilla izquierda guiando, y la otra la apoya en mi cintura empujándome más cerca de él, lo que ocasiona que quede recostada sobre él.

Gimo se sorpresa ante la acción y apoyo mis manos en su cuello. Sin poder evitarlo mi mano izquierda se aferra su nuca tomando su cabello en el proceso. Nuestros labios se exploran, anhelando, trasmitiendo el deseo incontrolable que arde en nuestras almas. Separo nuestros labios lentamente, él hace ademan de volver a juntarlos pero lo detengo.

Aparto el cojín de en medio y lo empujo hasta que su espalda esta recostada en el respaldo del sofá y me siento a horcajadas sobre él. Sus labios están rojos, hinchados por nuestros besos, su cabello está ligeramente despeinado y sus ojos.

Dios sus ojos.

Tomo su rostro entre mis manos y vuelvo a juntar nuestros labios, nuestras lenguas danzan al ritmo de nuestro deseo. Bajo mis manos por su cuello, a su pecho acariciando, sintiendo; lo que ocasionó que de él salga un gruñido. Me excita demasiado escucharlo gemir. Saber que soy yo la que ocasiona su placer. Sus manos fuertes y seguras recorren la longitud de mi espalda presionándome más contra él, hasta que se aferran a mi trasero presionado hacia adelante, ocasionando una fricción deliciosa entre nuestras partes íntimas, puedo sentir su excitación, rozando en los lugares correctos.

Detrás de las cicatrices.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora