- Deberíamos subir a la habitación- murmuro en su oído. A pesar de lo cómoda que estoy en sus abrazos no dejo de sentir pánico de que entre alguien y nos vea.
Su respiración en mi cuello me hace cosquillas.
- Tienes razón- retira su cabeza de mi cuello y me observa. Hago ademán de bajarme de su regazo pero sus manos en mis caderas lo impiden. La sensación nos hace gemir a ambos ya que todavía está en mi interior. - yo me encargo.
Se estira y toma la ropa desgarrada del sueño. Al colocarse de pie sostengo su pantalón de pijama para que no se caiga.
- Raphael bájame... ¡nos vamos a caer!- le digo con diversion en mi voz. Nos acomoda bien antes de comenzar a caminar.
- Nunca te dejaré caer- Sus palabras son reales. Camina a paso firme fuera del gimnasio y se dirige a las escaleras. El movimiento de sus caderas genera un cosquilleo de deseo en mi vientre bajo. No puedo enviar desearlo de nuevo. Sé que él lo siente igual, su miembro duro dentro de mí lo confirma. Al llegar a la habitación cierra la puerta y arroja la ropa al suelo. Mientras beso su cuello nos arroja a la cama.
Se aparta de mí, quedando de pie a orillas de la cama. Estiró los brazos sobre mi cabeza sintiéndome perezosa. Quita sus pantalones y vuelve a la cama. Se acuesta a mi lado boca arriba y me atrae a su cuerpo. Mi cabeza se apoya en su pecho, sintiendo sus latidos constantes. Entrelazo sus dedos con los míos. Lleva nuestras manos unidas a su boca, besando mis nudillos con sus labios cálidos. Siento calor recorrer mi cuerpo. Es tan dulce y apasionado a la vez.
-Es curioso- murmuro contra su piel. Su mano acaricia mi brazo abrazándome más a su cuerpo.
-¿Qué cosa?- pregunta con voz suave.
-Ambos hemos sufrido en nuestro pasado. La vida es compleja, me alegra que después de pasar por eso, este aquí ahora contigo- admito disfrutando del calor de su cuerpo.
Levanto mi rostro hacia él observando sus ojos.
-Me refiero a que después de mucho sufrimiento ha llegado una recompensa. Ahora somos felices, no todos los días a cada minuto, pero lo somos. Es algo por lo que hay que estar agradecido.
Baja su rostro al mio y une nuestros labios en un beso suave.
-Tienes razón. Estoy muy agradecido de tenerte en mi vida. Sei la mia luce nel buio- dice contra mis labios.
Lo entiende. Ambos tenemos muchas cosas por sanar. Poco a poco las heridas van sanando. Pero lo que importa es que nos tenemos el uno al otro. Él también es mi luz en la oscuridad.
***
Me despierto rodeada de calor. El brazo fuerte de Raphael me sostiene por la cintura aferrándome a su pecho. Acaricio su brazo con mis dedos, sintiendo su piel. La suave luz de la mañana se filtra por las cortinas. Suspiro relajada sintiendo la respiración constante de Raphael en mi cabello. Anoche, luego de hablar un poco más nos quedamos profundamente dormidos. Fue un día agotador y emocional.
Levanto la cabeza con cuidado para observar la hora en el reloj de la mesa de noche, 06:45 am, mi tan amado reloj biológico. No necesito de alarma para despertarme. Bueno, a no ser que este muy cansada. No quiero moverme de mi lugar favorito en el mundo, pero hoy regreso a la oficina.
Raphael suspira levemente a mis espaldas, moviéndose más cerca de mi cuerpo. Miro sobre mi hombro encontrando sus ojos grises entrecerrados. Hasta recién despierto es hermoso.
-Hola- le sonrío en forma de saludo
-Hola- responde. Tengo una cosa con su voz ronca de recién levantado
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Detrás de las cicatrices.🔥
ChickLitAurora no ha tenido una vida fácil. Desde pequeña, cuando tuvo que presenciar el fatídico accidente que le arrebató a su madre; se ha cerrado al mundo. A no amar, confiar, sentir y sufrir. Sin embargo ha aprendido que la vida está llena de eso, es...