Capítulo #51

925 37 1
                                    

Capitulo +18, mis lectores esto se va a poner ardiente.

Dos semanas han pasado desde el emotivo cumpleaños de papá. Regresé a la oficina, he de admitir que extrañaba trabajar. El señor Alessandro fue muy paciente conmigo, de hecho, fue él quien más insistió en que tomará esas minivacaciones, sinceramente las necesitaba.

Con Raphael, hemos mejorado poco a poco. Pasando tiempo juntos, hablando, se ha recuperado la naturalidad que sentíamos antes, pero mucho mejor ahora. Hay confianza, no hay secretos. En todo este tiempo no hemos pasado la noche juntos, pero eso cambiará hoy. Pasaré el fin de semana con él en su casa, ya es tiempo.

Es viernes, envío el ultimo correo del día y me dispongo a apagar el computador. Tengo todo listo, solo falta que Raphael me avise que está aquí para bajar. Tengo conmigo un bolso con mis cosas, para no tener que llegar a casa a buscar nada.

Luego de 20 minutos, Raphael me avisa que está aquí. Así que tomo mi bolso y la maleta, caminando hacia el ascensor. Le sonrío a las personas que están adentro de este. Al llegar al lobby, las puertas se abren y salimos. Salgo del edificio despidiéndome del guardia de seguridad, y lo veo. Apoyado contra el auto. Sus pantalones de vestir negro y una camisa blanca arremangada hasta los codos. Soy afortunada.

Todo eso es mío.

Levanta la vista chocando con la mia y me brinda una de sus sonrisas. Se la devuelvo feliz mientras camino hacia donde esta, dejo caer la maleta al suelo y rodeo su cuello con mis brazos. Sin dudarlo los suyos me sujetan atrayéndome a su cuerpo.

-Hola...- murmuro contra sus labios. Acaricia su nariz con la mia, enterneciéndome con el gesto tan poco común en un hombre como él.

-Hola Cara mia – saluda con su voz ronca para segundos después unir sus labios con los míos en un beso cargado de anhelo. Suspiro contra sus labios, mientras continúa devorándolos. Desgraciadamente se separa de mi - ¿Lista para nuestro fin de semana?

Sus ojos grises llenos de promesas me observan.

-Nací lista – exclamo sonriendo, me separo de él para así poder entrar al auto. Toma mi maleta, colocándola en el asiento de atrás mientras subo a mi asiento designado. Luego de unos minutos nos perdemos por las calles de New York.

Hace mucho no pasamos tiempo así tan seguido, he de admitir que estoy algo nerviosa. Es normal después de haber pasado tanto tiempo distanciados, tanto física como emocionalmente. Poco a poco todo ha vuelto a su orden, presiento que nuestra conexión física no pasará de este fin de semana.

La mano fuerte de Raphael se apoya en mi muslo alejándome de mis pensamientos profundos. Volteo el rostro para observarlo, su perfil me recibe, observa fijamente al frente, durante una fracción de segundos gira a observarme, para luego regresar su vista a la calle.

- ¿Todo bien? – interroga con su exquisita voz mientras brinda caricias a mi muslo. Caricias que me llenan de calor. Junto las piernas de forma inconsciente, acto que no pasa desapercibido, su sonrisa maliciosa lo delata.

Sonrojada, apoyo mi mano sobre la suya, he inmediatamente la entrelaza con la mia.

-Todo está bien Amor, solo estaba pensando en que...hace mucho no tenemos un momento así, para nosotros – trasmito mientras observo nuestras manos unidas, no desde ese día. Me da un apretón, lo que hace que aparte la mirada de nuestras manos unidas, para cruzarme con sus ojos grises.

Al perderme un sus ojos, noto que ya hemos llegado, el auto esta estacionado en frente de la casa de Raphael.

-Tienes razón, ha pasado mucho tiempo, no sabes lo feliz que me hace tenerte aquí conmigo, como debe ser – cada palabra es mencionada con una intensidad que me abraza. Un escalofrío agradable me recorre al interpretar su mirada. Esa intensidad que tanto amo, esa que me hace deshacer de placer, está justo ahí, colmándome de promesas silenciosas.

Detrás de las cicatrices.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora