Preparen pañuelos señoras y señores, porque van a llorar con este capítulo. Sin mas nada que agregar, espero lo disfrute.
Así pasó un mes. Días llenos de buenos momentos y otros no tanto. Las terapias con el doctor Roosevelt me han servido mucho, poco a poco con paciencia y constancia he logrado hablar sobre mamá. Cada detalle que recuerdo sobre ella. Cada cosa que me prive recordar en todos estos años.
Este mes he estado en casa de Raphael, quien me ha brindado su apoyo incondicional. Ambos hemos pasado mucho tiempo juntos, el que nos permite nuestros trabajos. Mi familia y la familia de él han estado al pendiente de mí en todo momento. No ha sido sencillo para mí, pero lo estoy logrando.
Hoy es otro sábado del mes de Julio. El día se siente fresco, hace un poco de frío ya que ha llovido esta mañana. Estoy sentada en el habitual sillón vertical con el doctor Roosevelt frente a mí.
-Muy bien Aurora, hemos logrado avanzar mucho en este mes que ha transcurrido, ya llegó el momento de hacerte nuevamente la pregunta que te hice la primera vez que viniste- transmite mientras me observa con su habitual tranquilidad - ¿Cómo ocurrió el accidente?
-Yo... eh. - murmuro con voz entrecortada mientras intento buscar las palabras. A mi mente viene la imagen de mamá, en el suelo cubierta de sangre. Mi respiración se acelera, mis manos comienzan a temblar.
-Aurora, recuerda lo que hemos hablado. Tienes que dejarlo salir. Recuéstate en el sofá, cierra los ojos y dilo. Exteriorízalo – recomienda el doctor. Asiento y me acuesto sobre el sillón. Cierro mis ojos y me transporto a ese día.
-Era un día soleado...recuerdo que tenía puesto un vestido blanco, estaba en el jardín delantero. Habíamos estado organizando todo para cuando mamá regresará. Había globos por todas partes en la casa... y un letrero en la entrada que...decía que...- intento a hablar, pero mi voz se entrecorta. Puedo verlo, es como si estuviera reviviendo otra vez. – Decía "feliz cumpleaños al ser más maravilloso del mundo"... ella lo era, lo era completamente- transmito mientras una pequeña risa sale de mis labios.
«Recuerdo que estaba muy feliz, todos estábamos felices. Entonces la vi, ella venía del otro lado de la calle, hablando por celular. La saludé con entusiasmo Mama, mami, ella me sonrió, con tanto amor...entonces cruza la calle para llegar a donde estoy, no lo vi... no lo vi venir... Entonces ese sonido de las llantas derrapar me hizo mirar y lo vi, el auto venía descontrolado. Grite, grite a mamá para que se diera cuenta, pero no me escucho...no...corro, corro para salvarla, corro asustado, pero...no llegué a tiempo... el auto...el ...»
Respiro de forma entrecortada mientras recuerdo cómo sucedió, mi mano se apoya en mi pecho sintiendo los latidos acelerados de mi corazón. Un corazón que latió de la misma forma ese día.
«El auto la golpeó, fue tan fuerte que la empujó varios metros, grito su nombre mientras sigo corriendo, hasta que llego donde esta y... ella sangraba mucho, todo su cuerpo sangraba. Grito y lloro, mientras la muevo para que despierte, pero no lo hace, no despierta... no volví a ver sus ojos llenos de amor... su sonrisa, su rostro lleno de vida...»
Luego de eso, no puedo creer que lo dijera. No puedo creer que hablará sobre esto, me siento en el sillón, aun con mis ojos cerrados y siento algo que no había sentido nunca, paz. Paz para respirar tranquilamente.
Abro mis ojos, observo al doctor Roosevelt, este me regresa la mirada con una sonrisa suave plasmada en sus labios, lo sonrió de vuelta mientras noto como se inclina por una caja de pañuelos que hay en el escritorio y me la ofrece. Lo observo extrañada cuando lo noto. En mi rostro, con mis manos aun temblando me toco las mejillas y lo siento.
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Detrás de las cicatrices.🔥
ChickLitAurora no ha tenido una vida fácil. Desde pequeña, cuando tuvo que presenciar el fatídico accidente que le arrebató a su madre; se ha cerrado al mundo. A no amar, confiar, sentir y sufrir. Sin embargo ha aprendido que la vida está llena de eso, es...