Luego de nuestro apasionado encuentro en medio de la naturaleza. Nadamos un rato en la laguna, como niños pequeños. Hubo besos, caricias, risas y amor. Pienso en todo lo que hemos disfrutado hasta el momento mientras estoy acostada dentro de la carpa. Tomo mi celular por primera vez desde que llegamos, y me tomo unos minutos para escribirle a papá, a Sophia y Esme. Les comento que todo está bien y luego vuelvo a disfrutar del silencio.
Raphael entra en la carpa y cierra la entrada. Estaba afuera asegurando los anclajes ya que hay brisa afuera. Continuo con los ojos cerrados mientras siento sus movimientos, con los que ya estoy familiarizada. Se acuesta a mi lado, y sus dedos acarician mi mejilla ocasionado que sonría. Abro los ojos y me loco de perfil para estar frente a frente. Apoyo mi mano en su mejilla, cierra los ojos ante el contacto. Mis dedos se pierden entre su cicatriz. Lo siento tensarse por un momento y luego se relaja.
Cuánto debió haber sufrido.
Abre sus ojos y me observa. Sonrío y veo como frunce el entrecejo. Acerca sus dedos a mi rostro y los pasa por debajo de mi ojo. Entonces lo noto.
Estoy llorando.
Me observa entre fascinado y preocupado.
Me levanto de mi posición acostada y me siento a horcajadas sobre él. Apoya sus manos en mi cintura y se sienta. Brindo caricias a sus brazos, recorro sus tatuajes con mis dedos mientras busco el valor para hablar.
-Ayer, lloré en la consulta con el doctor Roosevelt. Por primera vez en años logré hablar sobre el día de su muerte - murmuro mientras entrelazo mi mirada con la suya. El entendimiento llega a él, sonrío mientras siento como mi ojos se llenan de lágrimas - Fue muy duro, recordar... pero se sintió tan bien sacarlo. Lloré toda la consulta.
- ¿Y por qué lloras ahora? - cuestiona mientras rodea mis rostro con sus manos. Hay tanto orgullo en sus ojos.
-Porque estoy feliz. Porque te amo profundamente - respondo mientras sonrío hacia él. Llevo mis dedos a su cicatriz sin apartar mis ojos de los suyos - Y lloro porque quiero que tu sientas también la paz que yo siento ahora.
Mientras digo la última frase, la primera lágrima cae de mis ojos. Raphael sigue la caída de esta, hasta que se pierde entre mi mandíbula. No dice nada, solo me observa mientras acaricia mi rostro.
-No hablemos de eso - corta cualquier intento de mi parte por hablar sobre ese tema doloroso para él. La punzada de decepción que me embarga es fuerte. Seca mis lágrimas con adoración, mientras se inclina a besar mis párpados- Estoy tan orgulloso de ti... ti amo cosí tanto, sei tutta la mia vita.
Luego de pronunciar esas palabras une nuestros labios en un beso lento, cargado de sentimiento. Esta vez no hay prisa, no hay desespero. Hacemos el amor toda la noche, demostrándonos el amor que sentimos por el otro. Pero una parte de mí, en el fondo no pasa desapercibida la forma en que reaccionó ante mis palabras sobre su pasado, el frío que cruzó por sus ojos y la distancia que interpuso.
En el fondo tengo miedo, de que su pasado, ese que no quiere soltar, afecte su futuro. Nuestro futuro.
***
A la mañana siguiente un enérgico Raphael me despierta para iniciar el recorrido por el resto del parque. Desayunamos algo lleno de proteína y ligero, ya que caminaremos bastante.
El recorrido inicia por la entrada del túnel, que da con la cascada de la cueva. Al llegar al puente no puedo evitar sonrojarme al recordar nuestro momento de ayer. Raphael me guiña un ojo cuando nuestras miradas se encuentran. Todos seguimos el camino de las escaleras para llegar hacia nuestro siguiente destino.
La mayoría de las personas van charlando entre sí, otras toman fotografías del paisaje. Hay parejas, familias y niños. Llegamos a nuestro siguiente destino que es, según el panel informativo, el punto que conecta este sendero con otro donde se puede apreciar el estanque de los Nenúfares. Así transcurre nuestro Domingo, luego de horas de recorrido, diversión, fotografías, regresamos todos a nuestras zonas de acampar.
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Detrás de las cicatrices.🔥
ChickLitAurora no ha tenido una vida fácil. Desde pequeña, cuando tuvo que presenciar el fatídico accidente que le arrebató a su madre; se ha cerrado al mundo. A no amar, confiar, sentir y sufrir. Sin embargo ha aprendido que la vida está llena de eso, es...