Capítulo #47

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Una sensación agradable me trae de vuelta a la realidad. Algo acaricia mi rostro, mi frente, mejillas, labios, nariz. Es tan agradable que no quiero abrir los ojos. Pero es inevitable no hacerlo. Cuando lo hago, mi vista va directo al cuello de Raphael. Estamos de frente acostados en la cama. Me tiene abrazada contra su cuerpo, mientras su mano libre brinda caricias a mi rostro. Levanto la mirada y entrelazo mi vista con sus ojos grises.

Analizo su rostro, llenándome de felicidad al verlo tranquilo y descansado. Ambos necesitábamos dormir. Su mirada es tranquila, me observa con ese habitual brillo lleno de amor y ternura. Me tapo el rostro con mis manos cuando recuerdo que estoy recién despierta.

- ¿Qué sucede? - interroga con esa voz ronca que siempre tiene cuando se despierta. Un escalofrío de placer me recorre cuando lo escucho. Pero no es momento de centrarse en esos pensamientos.

Lleva tu mente a otro lado Aurora.

-Estoy recién levantada, mi rostro está hinchado y sucio. Por cierto... Buenos días- murmuro con voz suave y avergonzada. Nunca me ha gustado que me vean recién despierta. Lo siento reír contra mí, mientras me rodea con sus brazos acercándome más a su cuerpo.

-Eso no importa, para mí siempre estas hermosa. Y buenos días - transmite mientras deja un beso en mi frente, más bien lo que dejo ver de ella. Asomo mis ojos entre mis dedos, viendo cómo sonríe con diversión y ternura. Poco a poco retiro mis manos de mi rostro, refugiándome en el hueco de su cuello.

Respiro profundamente llenándome de su aroma, puede ver cómo su piel se eriza cuando siente mi respiración contra él.

- ¿Qué hora es? - pregunto recordando que tengo cosas pendientes por hacer. Me he tomado demasiado tiempo libre, que ha sido bueno, me ha permitido pensar; pero ya es suficiente. Extraño mi trabajo.

-Son las 08:00 am – responde luego de estirarse para observar el reloj que está en la mesa de noche.

-Dios, no estoy acostumbrada a dormir hasta esta hora – me quejo contra él. Su mano brinda caricias a mi espalda.

-Ambos estábamos agotados, necesitábamos tener un sueño reparador – transmite mientras suspira profundamente – Lastimosamente no puedo quedarme más tiempo, tengo que ponerme al día con el trabajo.

-Lo sé, yo igual – concuerdo. Me quedo unos segundos más disfrutando del calor de su cuerpo. Suspiro y me alejo de él. Me siento en la cama estirando mis brazos. Me observa fijamente, de esa forma que solo él sabe, aparto la mirada sonrojada mientras salgo de la cama.

Fue lo peor que hice.

Su mirada abandona mis ojos y se pierde por todo mi cuerpo. Baja por mi cuello, mis clavículas, llegando a mis senos; mis pezones me traicionan marcándose en la blusa de mi pijama. Su mirada se oscurece mientras los contempla, baja recorriendo todo mi cuerpo. No puedo evitar sentirme nerviosa y excitada, como cada vez que lo hace.

Toma todo de mí no caminar hacia la cama y perderme en él. Pero no es el momento aún, sé que él piensa igual. La forma en la que solo me observa, sin acercarse a mí, su cuerpo tenso. Quiere acercarse tanto como yo quiero hacerlo, pero está respetando mi espacio.

- ¿Te gustaría tomar un baño? - le pregunto mientras me acerco al closet, buscando la ropa que me colocaré.

-Solo cepillarme los dientes, me bañaré cuando este en casa – transmite mientras siento sus movimientos detrás de mí. No puedo verlo, si no sucumbiré a todos mis más retorcidos deseos, que lo incluyen a él completamente desnudo. El sonido de la puerta cerrase me hace respirar de forma aliviada.

Aprovecho y salgo de la habitación, entro al baño que social que está en el pasillo y me aseo. Luego de 15 minutos estoy lista. He optado por uno de mis tantos vestidos sencillos para estar cómoda. Salgo del baño y me cruzo con Raphael en el pasillo.

Detrás de las cicatrices.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora