Detrás de las cicatrices.🔥

Capítulo #8

Al llegar a la sala están todos practicando. La sala es increíble, en una parte está rodeada de instrumentos, al fondo hay un piano que a su vez queda cerca del ventanal que da a la calle. Del otro están unas sillas y estantes y el famoso sofá donde nos sentamos a cantar la mayor parte del tiempo. Cerca de este observo a la señora Alizee está junto a Ángelo, Martina, William y Abdul. Ellos hacen parte del grupo de canto central, del que yo hago parte. En total somos cinco. Volteo para ver si Raphael está detrás de mí, pero no es así. Me asomo por la puerta y los veo a unos metros hablando. Así que entro y me encercó a mis amigos.

Me acerco a ellos y el primero en mitad mi presencia es William. Somos buenos amigos, es muy guapo y Atlético. Y tremendamente gay. ¿Por qué los hombres más guapos casi siempre lo son? Estas preguntas no me dejan dormir por las noches. Él es un ser humano increíble, divertido, extrovertido, con el ego por lo cielos pienso divertida. Nos llevamos muy bien, desde el primer día que lo conocí. Por cierto, es novio de Carlos. Fui espectadora de cómo fue su enamoramiento. Son tal para cual y son felices sin importarles las opiniones de los demás.

-Hasta que por fin apareces, pérdida - exclama William mientras me abraza.

-Yo también te extrañé, hola a todos- le digo, saludando a los demás. Todos contestan en coro.

- Querida ¿y Alessandro? - me pregunta la señora Alizee.

- Se quedó hablando con Raphael en el pasillo- le digo mientras me acerco a saludarla.

- ¿Mi nieto está aquí? - exclama está, la expresión que nubla su rostro es de clara sorpresa. - Que inesperado, no suele venir nunca.

Sí supiera. Me gustaría decirle, pero en el fondo quiero esperar que las cosas se desarrollen, darnos tiempo antes de decirle a nuestras familias. Vamos poco a poco como sugirió Raphael.

-Bueno, no perdamos más tiempo. A ensayar- nos dice mientras aplaude.

Todos nos colocamos en posición. Hoy un ensayo compartido. Algo especial que tiene la Academia es que las bailarinas, en sus presentaciones lo hacen con cantantes de la Academia. Es genial porque también se promueve la música y las personas que hacen parte de las mezclas.

-Comencemos contigo Aurora y con Abdul. Las chicas necesitan calentar. Todos vamos a calentar sin excepción. - mientras los señala divertida. – Andiamo.

Todos nos reímos y apresurados se colocan en posición. Es una especie de terapia, todos bailamos, cantamos de forma libre. Nos ayuda a soltar el estrés y relajarnos. Me coloco en frente del sofá, que es donde está el micrófono. Frente a mi está la banda al fondo y todos los chicos en medio.

-Un... dos... tres - exclama el baterista y comenzar a soñar la Música.

Me encanta cantar. Es fascinante cómo te conectas con las letras de las canciones y trasmites muchas sensaciones a los demás. En este caso es alegría y relajación. Mientras Abdul y yo cantamos, los demás bailan al ritmo de la canción.

Muevo mi cuerpo al ritmo de la música y me acerco a bailar con los demás. Me rio al ver cómo bailan Isabella y Matteo. En eso lo siento. Esa sensación de ser observada que se ha vuelto tan familiar y lo veo. Esta apoyado en la entrada del salón, observándome con un brillo divertido en sus ojos. Su rostro esta serio pero relajado. Le sonrió y termino de cantar la canción.

Todos aplaudimos y nos reímos. Amo estos momentos que comparto con ellos. Son maravillosos. En eso Alizee se da cuenta que Raphael esta y se acerca a saludarlo.

-Mio nipote caro...- dice mientras lo abraza con cariño. Raphael la rodea con sus brazos y el saluda de igual forma. Alizee le queda por debajo de los hombros. Es muy alto este hombre. La palabra perfecta seria imponente.

- Nonna, piacere di vederti- le responde en italiano.

Ahora que analizo, Raphael es cariñoso solo con su familia. Sobre todo, con Alizee y Fiorella.

- ¿Qué haces aquí? – Le pregunta ella mientras lo mira. - nunca vienes.

En eso él levanta la mirada y me observa.

-Estoy esperando a Aurora- le explica- tenemos que hacer algo de trabajo.

-Después dicen que soy yo el que la explota- dice divertido Alessandro. Todos nos reímos.

-Aquí nadie me explota- respondo consternada- solo será por esta vez, hay cosas pendientes por organizar.

Mierda. Nunca se me ha dado bien mentir. Una vez de pequeña me sucedió e intenté mentirles a mis padres y fue un fracaso completo. Desde ese momento decidí nunca más hacerlo. Es más sencillo decir la verdad. Ve que Alizee me observa y también lo hace con Raphael. Seguro sospecha algo.

- ¿Has escuchado a Aurora cantar Nipote? - le pregunta esta mientras se separa un poco de su cuerpo.

-No he tenido el placer- le responde Raphael rodeando los hombros de ella con su brazo acercandola a su costado.

-Estas de suerte. Por qué lo hará ahora mismo- le dice ella.

Bueno, no estoy sorprendía. En algún momento me escucharía, aunque no negare que me da vergüenza hacerlo delante de él. Así que solo me queda sonreír y acomodarme sentada en el sofá. Lo demás se sienta a mí alrededor, y Raphael queda cerca de la entrada con sus abuelos.

Comienza a sonar la canción y cierro los ojos. Personalmente me encanta esta artista y sus letras de canciones son maravillosas. Me centro con la letra y prefiero concentrarme, Así no estaré pendiente de Raphael. No sirve de nada porque siento su Mirada.

Al terminar todo queda en silencio, abro los ojos y todos aplauden. Alizee se encarga de corregir algo de las posturas de las bailarinas. Siento su mirada, pero no me atrevo a mirarlo. No sé por qué estoy tan avergonzada. Alizee termina y se acerca a Raphael.

- ¿Qué te pareció Nipote? – pregunta curiosa. Volteo la mirada y me encuentro con sus ojos.

-Maravilloso, voz de Ángel- dice este. Siento que me sonrojo y aparto la mirada.

- ¿Vamos a ensayar más? - pregunto para quitar la atención de mí.

-No querida, ya puedes irte- me responde esta.

Bien, me acerco a despedirme de todos, y quedo con los chicos en salir a tomar algo. He estado tan ocupada con el trabajo que no me ha dado tiempo de compartir con ellos fuera de la academia. Raphael se despide de igual forma y salimos del salón. Caminamos juntos al lado del otro, nuestras manos se rozan, pero sé que respeta que quiero esperar para comentarlo con los demás. Así que no la toma entre las suyas.