Capítulo #57

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Luego de el enfrentamiento de Raphael con su madre bilógica, llegó la mudanza. Se necesitaron dos camiones para llevar todas nuestras cosas. Ahora vamos en el auto de Raphael. Esme y Ekrem nos siguen en otro auto. La mano de Raphael esta entrelazada junto con la mia, apoyada en mi muslo.

Lo observo y esta pensativo. No como solía colocarse antes cuando se tocaba el tema de su pasado. Solo se ve, reflexivo. Enfrento esta situación con mucha sabiduría y sutileza. Estoy orgullosa de él. Se que tenemos que hablar de muchas cosas, pero planeo tocar el tema después de finalizar con la mudanza.

Llegamos a nuestra casa a las 09:00am. Veinte minutos después los caminos se parquean en la entrada de la casa, y comienza el movimiento. Raphael y Ekrem ayudan a los transportistas. También deslumbro a Jacob y Ethan. Acomodo a Nana Emilia en su habitación, la dejo instalando sus cosas, mientras le indico a los demás donde deben dejar cada mueble.

Así se va la mañana, luego de algunas horas todo esta en su sitio. Solo quedan por acomodar algunas cosas, pero la mayoría de las cosas quedaron en su lugar. Nana Emilia exigió encargarse de la cocina, y no se lo hemos negado. Esme me ayudó a acomodar mis libros en mi estudio. Luego pasamos a la sala, se que Raphael esta con chicos en el piso de arriba, así que yo me encargo con Esme de lo que queda del primer piso.

Le quitamos el plástico a los muebles, colocándolos enseguida en las bolsas de basura. tomo las dos cajas destinadas para la sala, y entre las dos decoramos el espacio. Dejando de ultimo el Televisor y demás electrodomésticos. Juntas Esme y yo cargamos el Televisor apoyándolo sobre el mueble estilo minimalista, acomodamos las demás cosas, haciendo las conexiones también.

Agradezco a mi padre enseñarme a usar cada herramienta. Así que tomo el taladro, haciendo unos huecos en la pared para poder colocar los cuadros. Hay unos que son mas altos, así que me subo a una silla mientras Esme me sujeta las piernas por si acaso.

-Cara mia, pero ¿Qué Demonios haces? - exclama la voz enojada de Raphael, dejo de taladrar para observarlo. Esta justo al pie de las escaleras con Ekrem, quien nos observa a las dos con el entrecejo fruncido.

-Mmmm haciendo unos huecos para colgar los cuadros – respondo mientras los observo confundida.

-Debiste llamarme, bájate de ahí te puedes lastimar – exige con frustración mientras se acerca hacia donde estamos.

-Soy capaz de hacer esto, además Esme me tiene sujeta. Solo déjame terminar este – le aviso mientras vuelvo a concentrarme en mi tarea, siento que las manos de Esme son reemplazadas por las de Raphael. Mi hombre protector. Puedo sentir la tensión salir de su cuerpo, pero tiene que entender que soy capaz de hacer este tipo de cosas. Unos minutos después he terminado – Listo, ya terminé.

No he finalizado de hablar cuando me toma de las caderas y me baja rápidamente de la silla. Me observa con esa expresión enojada, le sonrío de forma inocente mientras me alejo, apoyando el taladro en la caja de herramientas. Tomo los cuadros y voy colgándolos en cada espacio que ya designé. Al terminar doy unos pasos hacia atrás y observo mi trabajo.

Es justo como lo quería.

Caigo sentada en el sofá, el agotamiento se hace presente en cuerpo. Los demás imitan mi acción, Raphael se sienta a mi lado atrayéndome a su cuerpo. Esme y Ekrem se sientan en el otro sofá.

-Estoy agotada, pero feliz – murmuro contra el pecho de Raphael, la vibración de su risa me recorre, acaricia mi cabello con sus dedos mientras estamos aquí, descasando después de días de trabajo pesado.

-Te entiendo, yo igual – admite mientras me abraza contra su cuerpo. Nana Emilia nos trae unos sándwiches para un almuerzo tardío, comemos con ganas y en silencio. Una hora después Esme y Ekrem se despiden. Les doy una abrazo enorme a cada uno agradeciendo su apoyo con este gran paso en nuestras vidas.

Detrás de las cicatrices.🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora