Chapter 2

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Después de dejar al castaño en su casa o mejor dicho a dos cuadras de esta, porque se negó rotundamente en que lo vieran con Jeon. Como si a esta hora alguien estuviera pendiente de lo que estaba haciendo, finalmente tomó camino a su casa. El celular no paraba de alumbrar el interior del carro con cada mensaje que su madre le mandaba preguntando si se había perdido, soltando un suspiro pesado simplemente la ignoró y decidió que escucharía lo que tuviera que decir una vez que llegara.

Luego de manejar un rato por las calles de aquella ciudad finalmente llegó y sí, efectivamente una muy preocupada Eun ji ya esperaba por él en la sala.

— ¿Por qué no respondías mis mensajes? Estaba preocupada.

— ¿Ahora si te preocupas por mi?— cuestionó con una sonrisa ladina y sarcástica. — No soy un niño puedo cuidarme solo. — dijo subiendo rápidamente las escaleras directo a su habitación.

A pesar de que Jeon sabía por qué su madre había tenido que dejarlo al cuidado de sus abuelos no podía evitar sentirse molesto con la hermosa pelinegra que había dejado detrás en la sala. Para un niño pequeño como lo era el azabache en ese tiempo la única conclusión a la que pudo llegar era que su madre lo había abandonado. Era esa la razón por la cual este trataba muy fríamente a la pobre mujer.

Se dejó caer en la cama después del extraño primer día que había tenido, al menos había logrado lo que quería más rápido de lo que esperaba pero a pesar de eso el hueco en su corazón aún se sentía vacío dado que aquello nunca había sido suficiente.

Por un momento pensó en el castaño y en el como desearía poder ser más como él y vivir sin necesidad de ser aceptado por alguien más. De todos los momentos del día los únicos en donde su ansiedad  no estuvo presente habían sido aquellos que había compartido con este. Jeon creía que su intriga por aquella alma libre era lo que le hacía seguir pensando en Taehyung.

¿Libertad? ¿Realmente se le puede llamar libertad a lo poco que nuestros ojos logran percibir? Porque si bien para Jungkook,  Tahyung estaba viviendo de la manera que quería, no tenía en cuenta que cada quién se forja su propia prisión que solamente es perceptible para uno mismo.


25 de marzo.


Cinco días habían pasado desde que su nueva vida había comenzado. Los rayos del sol ya entraban por su ventana llenándola por completo de luz. Jungkook vio el reloj y esperó por el sonido de la puerta de la entrada al cerrarse que le anunciaba que su madre se había ido al trabajo.

Se levantó de su cama y se frotó los ojos, bajó al comedor y sobre la mesa se encontró el desayuno listo con una nota de su madre.

"Desayuna antes de irte, ten un buen día. Mamá"

Aunque a Jeon le encantaba hacerle la vida miserable a su madre ver los waffles junto aquella leche de plátano le hizo desistir de dejar el desayuno intacto.

Cuando terminó de comer subió a su habitación a tomar un baño para después tomar sus cosas e irse a la escuela. Una vez en el estacionamiento soltó un fuerte suspiro preparándose mentalmente para fingir ser aquello que todos esperaban de él, como si tuviera que cargar una mascara ocultando realmente quien era.

Aunque en este punto... Ni siquiera él lo sabía.

Se bajó del auto y divisó a lo lejos al castaño que estaba entrando por la puerta principal, quiso apresurarse a alcanzarlo ya que a partir de ese día este lo había estado evitando muy descaradamente.

Estaba por llegar a él cuando la voz de alguien lo hizo detenerse abruptamente.

— ¡JK! — Saludó muy emocionado Hoseok a este. — ¿Por qué tienes tanta prisa? — cuestionó curioso.

・⁺ 𝐒𝐏𝐑𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐀𝐘《𝙺𝚘𝚘𝚔𝚅》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora