Un reencuentro siempre suele llenar de felicidad, en los cuentos de hadas la felicidad es para siempre pero en esta historia no se sabe.
_____ Halls perdió al amor de su vida, Tom Hiddleston quién se caso con una mujer con la cual tuvo una aventura...
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Lo miré a él y solté un suspiro y luego dirigí mi vista a Soph que estaba jugando con una muñeca.
— ¿Y si no funciona otra vez? –seguía viendo a Soph, no quería ver a Tom.
— Pondremos todo de nuestra parte para que esto funcione –dijo poniendo su mano en mi mentón para hacerme girar mi rostro y verlo.
— Tengo miedo Thomas, lo admito... Tengo mucho miedo de que yo esté haciendo crecer mis expectativas sobre Sophia y sobre ti y estar arriesgándome en vano por que yo ya tengo una vida –dejé a Soph en el piso cuando ella se puso demasiado inquieta y le di sus juguetes.
— Me imagino todo lo que puedes sentir por que yo también tengo miedo pero no sabemos si esto en realidad funcionará si no nos arriesgamos y todo está en que los dos estemos de acuerdo en empezar esto.
— Tom...
— Tu y yo de novios éramos increíbles, estábamos bien y todo era estable y tranquilo –se acercó más.
— Hasta que apareció Lucille –recalqué– y esto no quiere decir que estoy reclamándote Tom pero nada volverá a ser como antes por que ahora esta Sophia y la amo... La amo como si fuera mía –tome su mano– ella es mi adoración, la extraño cada que no esta, me encanta dormir con ella y me encanta cuando entramos a la tina juntas y le hago peinados locos con el espuma, me encanta peinarla y elegir la ropita que puede usar, me encanta verla dormir y me encanta verla sonreír y verla feliz pero tu Tom... Eres tu.
— ¿Yo soy el problema?
Soltó un suspiro y me miró con atención esperando mi respuesta.
— No te llamaría problema por que te has metido en mi cabeza desde que me volviste a contactar –apreté su mano– y sigues gustándome tanto que te veo y solo quiero abrazarte, besarte y decirte que no me importa nada... Decirte que te amo con locura pero nada me garantiza que tu puedes salir con otra sorpresa y eso me da miedo.
— Yo también tengo miedo... Tengo miedo de no ser un buen padre para Sophia, de no darle un buen ejemplo, un buen hogar y tengo miedo de no ser el hombre que merezcas pero estoy dispuesto a todo por que estemos juntos de nuevo _____.
Cerré mis ojos acariciando su mano, sintiendo lo suave de su piel y tome un poco de aire que cuando abrí mis ojos el solo esperaba una respuesta, mire nuestras manos unidas, el la tomaba con fuerza que sus dedos se tornaban un poco blancos de la presión que hacían sobre mi, y mi mano estaba igual.
— Te amo Tom –murmuré viéndolo– y... Tomo esta oportunidad.
— ¿Entonces? ¿Qué quieres decir? –su voz expresaba emoción pero trataba de parecer tranquilo por cualquier cosa.
