La última vez.

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Capítulo 28.

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— _____ Estaba buscándote –Thaisa entró al consultorio.

— Hola... ¿Qué pasa? –levante la vista.

— Bueno, tengo el reporte de un niño de tres años que ingreso el día de ayer por un problema de metástasis en la parte colon transverso, se le realizo una cirugía y necesita un tratamiento alimenticio, quería ver si me puedes ayudar con eso... Bomer me dejo muchos pacientes el día de hoy –hizo una rabieta como una niña pequeña.

— ¡Claro! –respondí– solo dame un minuto para terminar lo que estoy haciendo y vamos ¿Si?

— ¡Gracias! –contestó con un alivio enorme y se sentó– de verdad que me sentía mal por ese niño.

— ¿Por qué? –le eché una mirada rápida y luego la regrese a las hojas que organizaba.

— Es un niño de bajos recursos económicos, su familia es tan disfuncional –tomó un poco de aire– la madre del niño sufre de violencia domestica por parte del padre, ella lo trajo aquí sin consentimiento de su esposo por que según el cree que solo es un desperdicio de tiempo el que atiendan a su hijo _____ ¡Que tipo tan mierda!

— Vaya... me imaginó que debe ser muy difícil para la Mamá tener que estar en esa situación de violencia pero que valiente es porque prefirió mejorar la salud de su hijo –dije.

— Tengo el informe médico y de enfermería justo aquí –alzo el expediente para que lo viera– ¿Lo necesitas o me lo llevo?

— Déjamelo, le daré un vistazo antes de pasar a ver al pequeño...

— ¿Es necesario que te acompañe? Es que te juro que Bomer me dejo muchos pacientes el día de hoy.

Reí viéndola y negué.

— Eso te pasa por ser una de las mejores.

— Tuve la mejor maestra –soltó una risa– pero ya enserio...

— ¡Lo sé, soy increíble! –reí todavía– Ya ve a terminar lo que tengas que terminar, pero de una vez te digo que si necesito ayuda tienes que estar disponible... ¿Cómo le harás? No lo sé pero debes ayudarme en caso de que lo necesite –hablé esta vez ya en un tono un poco más serio.

— ¡Esta bien jefa! –refunfuño, se puso de pie y salió de la oficina.

Solté una risa y negué con la cabeza, bebí un poco de mi café seguí ordenando las hojas hasta terminar. Tomé el expediente que Thaisa me había dejado y salí de la oficina.

— Señorita Halls... ¿A dónde va? –dijo el Doctor O'Pry cuando nos encontramos en el pasillo.

— Buen día doctor O'Pry –le saludé con amabilidad– voy a visitar a un paciente pediátrico.

Without ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora