Without Control

¿Más niños?

Capítulo 71.

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Fui directo al baño, me había puesto un conjunto lindo pero no se comparaba con el que Tom me había regalado. Se me había ocurrido darle un toque extra al conjunto usando una de sus camisas blancas, salí rápidamente al baño antes de que el entrara en la habitación y luego de que la tomé me volví a encerrar en el baño.

Me quité el vestido y lo dejé de lado acomodado en un gancho que tenía en el baño, a veces Tom solía dejar algunos por si se llegaban a necesitar y esta vez era de mucha ayuda. Me quité la ropa interior que ya estaba usando y la deje en el cesto de la ropa sucia y agarre la que Tom me había comprado dando un último vistazo me parecía más hermosa conforme más la veía pero no podía esperar más, me la puse y me miré añ espejo y sonreí como una tonta frente a él.

Me parecía un gran detalle que Tom haya tomado parte de su tiempo para escoger un regalo para mí y siempre me gustaba cuando lo hacía pero esta vez era la primera que me regalaba lencería y era diferente a los demás regalos porque me hacía sentir más deseada, me sentía mucho más grande de lo que ya lo era cuando estaba con él. Me ponía todavía mucho más caliente al imaginarme que Thomas lo había elegido para mi imaginando como era que yo me vería en el.

Acomodé mi cabello despeinándolo un poco y me puse un poco de labial rojo en los labios, de un frasco de crema humectante que había puse un poco más en mi cuerpo. Por último agarré la camisa de Tom que minutos antes había tomado de sus cajones y me la puse encima, me gustaba mucho como me veía. Me sentía demasiado sexy y me sentía muy empoderada, creía que estando así podía volver a conquistarlo, me sentía muy poderosa, jamás me había puesto algo así pero si el llegara nuevamente con algo así no dudaba en complacerlo.

Escuché que la puerta de la habitación se cerró, seguramente el ya estaba ahí esperando, decidí esperar un poco más para darle un poco más de tensión al momento y hacerlo un poco más interesante, acomode su camisa doblando un poco las mangas sobre mis brazos para que no se vieran enormes y un par de minutos después me decidí a salir donde él estaba. Pero la sorpresa me la llevé yo cuando lo v i sentado a la orilla de la cama semidesnudo tan solo su perfecto cuerpo estaba cubierto por unos calzoncillos de color blando.

Parecía como si enfrente de mi tuviera a un dios, la luz de la habitación le quedaba perfecta a su piel, sus muslos se veían enormes y me hubiera gustado besarlos por completo y después estar sentada sobre ellos mientras mis manos acariciaban sus tan perfectos y definidos pectorales, sus brazos se veían más marcados y... ¡No podía... Tenía un Dios enfrente de mí!