Un año después.
Desde la última vez que Grimaldi’s Company me había contactado para hacerme una prueba y así ver si encajaba en el puesto de secretaria, había pasado un año. Un mes después de haber pasado esa prueba, comencé a trabajar, y podía decir que me iba bien y estaba contenta con mi trabajo.
Sábado, 11:04 p.m.
Dormía tranquilamente hasta que mi teléfono comenzó a sonar, despertándome de un profundo sueño.
— ¿Sí? — pregunté, un tanto adormilada.
Voz: — ¿Zoe?
— Sí, soy yo
Voz: — Su número estaba registrado en los contactos.
¿Usted conoce al señor Grimaldi?
Está en mi bar bastante borracho y no se quiere ir— ¿Dante Grimaldi? — pregunté exaltada.
Voz: — Yo que sé cuál es su nombre, solo he visto su apellido en una tarjeta que tiene, al parecer es de una empresa.
Tiene que venir ahora a sacarlo de aquí, yo tengo que cerrar y él no me hace caso, si no tendré que sacarlo a patadas— No, espere. ¿Dónde está? — pregunté levantándome de la cama. Me apresuré a buscar ropa para vestirme rápidamente y salir a buscarlo.
Voz: — Le pasaré la dirección por mensaje
Después de colgar, llamé por teléfono a Ashley, asistente personal del señor Grimaldi, que, al parecer, ni se había enterado de que a su jefe casi lo echaban a rastras de un local.
Ashley: — ¿¡Qué quieres!? — preguntó disgustada.
— El señor Grimaldi está borracho en un bar y alguien tiene que ir por él
Ashley: — ¿Y a mí qué? Déjalo ahí, ya se irá.
¡Eh! ¡Eh! ¡Eh! — gritó alegre y una fuerte música opacó su voz, seguramente estaba en una discoteca.— ¿Dónde estás?
Ashley: — ¿Y a ti qué te importa?
Estoy en mis vacaciones en Miami, así que te pido por favor que dejes de molestar — respondió y colgó.«¡Qué hija de puta!», pensé para mí misma.
Llamé a un taxi y pedí que me llevara a la dirección que me había dado el dueño del bar. Al llegar, entré y encontré a mi jefe, el señor Grimaldi, al borde de caerse de la silla.
Señor: — ¿Tú eres Zoe? — preguntó, mirándome de arriba abajo.
— Sí
Señor: — Bien, llévatelo.
Tengo que cerrar, pero antes, tienes que pagarme la cuenta porque aún no lo ha hecho — dijo el dueño del bar, un hombre bigotudo y regordete.— Está bien — dije y rápidamente me acerqué a mi jefe.
— Señor Grimaldi, venga conmigoDante: — ¿Qué hace aquí, señorita Carrasco? — preguntó con una voz de borracho y su rostro estaba enrojecido.
— A llevármelo, apresure el paso
Le ayudé a levantarse y cuando se puso de pie, busqué en su saco la billetera para pagar y después me acerqué a la barra.
— Muchas gracias, no sabe cuánto lo siento
Señor: — Más lo siento yo porque ya estaría durmiendo en mi casa si no hubiera sido por él — mencionó entre dientes, molesto. Así que, decidí concentrarme en mi jefe en lugar de las quejas del dueño del bar.
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El Jefe Me Espía
RandomZoe Carrasco, será contratada en 𝘎𝘳𝘪𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪'𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘯𝘺, una de las inmobiliarias más prestigiosas del país, y su destino toma un giro extraordinario al convertirse en la asistente personal de Dante Grimaldi, un apuesto magnate italiano...