Capítulo 33: Una carta sospechosa

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ZOE

Un señor se apareció en mi oficina, sosteniendo en sus manos un hermoso ramo de flores.

— ¡Ayyyyy! ¿Y esto? — exclamé, sorprendida.

Alguien: — Es para usted

— ¿¡Para mí!?

Alguien: — Sí

— ¡Ay! Muchas gracias — agradecí emocionada y me acerqué rápidamente para tomar el ramo de flores. Era un conjunto de margaritas y cuatro rosas, todas ellas desprendiendo una fragancia divina.

Me resultaba extraño que alguien me hubiera enviado un ramo de flores, ya que me preguntaba quién podría ser el responsable. No obstante, aunque desconociera la identidad de esa persona, apreciaba enormemente el gesto.

— Espere, ¿cuánto le debo?

Alguien: — Nada, ya está pagado

— Vale, ¿y se puede saber quién fue?

Alguien: — Yo no lo sé, a mí solo me dijeron que viniera a dejar el ramo
— respondió sonriendo sospechosamente.

— Bueno, gracias

Alguien: — Pase un buen día

— Muchas gracias, usted igual

Él se fue y yo pude ver mi ramo de flores.
Eran verdaderamente encantadoras, con un toque extravagante y ostentoso. Además, noté que había una tarjeta en el ramo. La tomé y comencé a leer su mensaje.

Feliz cumpleaños… Te deseo que pases un buen día.
Tengo muchas ganas de tenerte entre mis brazos y de cogerte mientras me miras a los ojos

Att,
Te tengo ganas.

Terminé de leer lo que decía en la tarjeta y no entendí nada.
La volví a leer y me volví a sorprender.
¿Cómo que “coger”?
¿En serio decía eso? ¿Y quién lo había escrito?
Quienquiera que fuese, había sido bastante directo en sus palabras, pero en lugar de desagradarme, me halagó profundamente y despertó una gran curiosidad en mí.

La incógnita sobre su identidad me intrigaba, ya que la tarjeta no llevaba ninguna firma o indicio que revelara quién había escrito esas palabras.

¿Quién pudo haber sido?

Bueno, tenía un posible sospechoso, Richard, porque tal y como estaba escrito, él podía haber sido porque Richard me buscaba solamente para coger, así como decía lo que había escrito, por lo que lo más probable era qué lo hubiera hecho.

¿O Dante?
No, él no, no se atrevería a escribirme una carta, ¿o sí?
No, seguramente había sido Richard o algún otro pretendiente que no me había dado cuenta porque Dante no podía ser, y es verdad que lo que decía en la tarjeta lo podía haber escrito él, ¿pero el ramo de flores?
¿A caso se había atrevido a ser romántico?
La idea de que él hubiera sido tan romántico me desconcertaba, ya que nunca había mostrado ese lado antes. Tenía muy claro que él no sentía por mí lo mismo que yo por él, más allá de los encuentros que habíamos tenido.

En definitiva, me quedé con la duda de saber quién me había dado ese ramo de flores y esa tarjeta bastante curiosa, pero al mismo tiempo excitante.

2:19 p.m.

Ximena: — Hola

— Hola

La saludé y ella se sentó a mi lado en la mesa del restaurante de la empresa, ya que era hora de almuerzo.

Ximena: — ¿Cómo estás? ¿Cómo va tu cumpleaños?

— Bueno, bien

Ximena: — No es divertido venir a trabajar en tu cumpleaños, ¿verdad?

El Jefe Me EspíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora