Capítulo extra 7

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Cinco meses después.

ZOE

3:08 p.m.

Mi familia, mis padres, mi hermano y dos de sus amigos, estaban reunidos con Dante y yo, al igual que el padre de Dante, Francesco, y también estaba presente su hermano gemelo, Niccolò, y su novia, aquella de cabello rubio que conocí en Italia. Sí, aquella a la que conocí mientras cogía con Niccolò quien a su vez confundí con Dante esa noche.
¿Qué cosas, no? Qué curiosa era la vida a veces cuando conocías a gente.

Todos estábamos en el patio que tenía nuestra casa, disfrutando de un lindo almuerzo familiar con la intención de darles a conocer el género de los bebés a todo el mundo.

Dante: — ¿Lo hacemos ahora?

— Está bien

Dante: — Su atención, por favor — dijo y todos le prestaron atención.
Dante y yo nos pusimos de pie y él fue a traer un globo de color negro, el cual por dentro tenía confeti de un color en concreto.

Francesco: — ¡Por fin!

Constantino: — ¿Alguien más lo sabe o solo tú?

— No, ni a mamá se lo dije

Constantino: — Eso sí que me sorprende, porque siendo tu madre...

Hilary: — Ja, ja. Le pedí que no me lo dijera porque quiero que sea una sorpresa para mí también

Francesco: — Bien, veamos entonces

Dante: — Familia, antes que nada, quiero agradecer por estar aquí con nosotros.
Tanto Zoe como yo, estamos muy felices por esto y porque ustedes formen parte de esto…

Niccolò: — ¡Ya díganlo! — exclamó el hermano de Dante, por lo que a todos les hizo gracia.

Dante: — Gracias, Niccolò, por tu aportación…

Niccolò: — Cuando quieras — dijo en broma.

— Bien, pues, sin más que esperar…
Amor, hazlo tú

Dante: — ¿Yo?

— Sí

Dante: — Está bien

Nadie de mi familia, ni quisiera Dante, sabía el género de los bebés. La única que lo sabía era yo y no se lo quise decir ni a Dante porque quería ver su reacción al igual que la de todos.

Francesco: — Uno, dos, tres…

En ese instante, Dante pinchó el globo y el confeti color azul cayó encima de él, por lo que se quedó paralizado y después reaccionó. Sonrió y se acercó a mí para darme un abrazo.

Constantino: — ¡Son niños!

Hilary: — ¡Ay! ¡Tendré nietos!

— Amor, ¿estás bien? — le pregunté a Dante al verle que no me decía nada, simplemente me estaba abrazando.
Le miré a la cara y vi que estaba llorando.

Dante: — Perdón, es que me emociono mucho — dijo y me hizo sonreír.
Le di un beso en los labios y después mis padres se acercaron para darnos un abrazo a mí y a Dante.

Francesco: — Aguri! Dante (¡Felicidades! Dante)

Dante: — Grazie mille (Muchas gracias)

El padre de Dante se le acercó y como de costumbre le dio un beso en la mejilla y luego a mí.

Francesco: — Me alegro por ti y por Dante. Aguri! Carissima (Felicidades, querida)

El Jefe Me EspíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora