Capítulo 35: Confrontación

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ZOE

Tres días después...

El día de mi cumpleaños, que fue hace tres días, resultó ser una experiencia increíble. Dante y yo nos reconectamos de una manera especial, y desde entonces, noté un cambio en él.
El hecho de esmerarse para celebrar mi cumpleaños me había enamorado.
Era un detalle que me gustó muchísimo porque me hizo sentir importante para él.

— Buenos días, señor Grimaldi

Dante: — Buenos días — dijo y sonrió.

— ¿Qué hora es?

Dante: — Casi las siete, yo ya me voy.
¿Te llevo?

— No, ya me iré en mi auto

Dante: — Entonces la veo en mi oficina señorita Carrasco

— Ahí estaré, señor Grimaldi

Le di un beso y él se fue de mi departamento.
Anoche se había quedado a dormir y bueno, también para hacer otras cosas.
El caso es que es poco a poco, íbamos dando un paso más.
Al menos yo percibía que lo que yo sentía por él podía ser mutuo, aunque no nos lo hubiéramos dicho, ya que no tendría tanto sentido que él me siguiera buscando y me siguiera creando ilusiones a sabiendas de que él y yo no seríamos nada.
¿No tenía sentido hacer eso o sí?

Por otro lado, cuando Dante se fue para la empresa yo agarré las llaves y cuando salí de mi departamento, me encontré con Richard.
Desde hace mucho tiempo atrás no lo había visto porque se había ido de vacaciones.

Él se bajó de su moto y se acercó a mí.

Richard: — Hola — dijo contento, hasta se atrevió a darme un beso en la boca, pero me negué.

— Espera

Richard: — ¿Qué pasa? ¿No me has extrañado?

— ¿Eh? Richard… Creo que lo has malinterpretado

Richard: — ¿Interpretar mal el qué?
Tú y yo estamos juntos

¿Eh? ¿Por qué Richard me decía eso?
¿Qué mosquito le había picado?

— No…

Richard: — Ya… ¿Por eso te has buscado a otro?

— ¿De qué hablas?

Richard: — Acabo de ver a un tipo salir de tu casa

— ¿Por qué lo dices?

Richard: — Porque subí hasta tu departamento, pero me lo encontré en el ascensor y supe que estaba donde ti.
¿Con ese me estás remplazando?

— Richard, entiende que yo no tengo nada contigo.
Te lo he dejado bien claro

Richard: — Si ya nos acostamos, ¿eso para ti no significaba que somos novios?

— Lo siento, pero no.
Tengo que irme al trabajo, ya se me está haciendo muy tarde.
Lo lamento, siento mucho que tú te creas esto, pero tú y yo no somos nada.
Lo siento, de verdad

Me disculpé y me metí en mi auto.
Encendí el motor y dejé a Richard atrás.
No entendía su actitud, ¿por qué decía que éramos pareja?
¿De dónde se había sacado esa idea tan descabellada?

Yo siempre traté de ser directa con lo que sentía por Richard. Siempre le dije que él no me interesaba para una relación y es cierto que una vez cogimos, pero hasta en ese momento le dije que después de eso no quería que ocurriese algo más.
Sin embargo, parecía no entenderlo.

El Jefe Me EspíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora