Capítulo 34: Cayendo en la tentación

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DANTE

7:11 p.m.

— ¿Ya está todo listo?

María: — Sí, la pizza aún se está horneando

— Está bien. Ya puedes irte

María: — Está bien, regresaré mañana

— Hasta luego

María, mi cocinera, se fue de mi departamento, y aproveché ese momento para dar los últimos toques a la decoración de la mesa.
Había invitado a Zoe a cenar, ya que era su cumpleaños.
Sabía que no era tan buena idea que digamos, pero sinceramente era algo que quería hacer.

Durante todo el día, no había prestado mucha atención al hecho de que Zoe y yo estábamos “distanciados” y que quizás ella no tenía interés en ser mi novia. Sin embargo, en ese momento me sentía emocionado y feliz por celebrar su cumpleaños. No sabía exactamente por qué, pero tenía muchas ganas de pasar tiempo con ella.

Entonces, me puse el saco del traje, pero no me puse corbata.
Había que estar elegante por la cena, pero tampoco tanto. Así que terminé de vestirme y luego preparé la mesa.
Coloqué dos velas, dos platos, dos copas y una botella de vino.
Me sentía muy inspirado y pensaba en las cosas que podrían gustarle a Zoe: una cena romántica, velas, buen vino y buena comida. Aunque no sabía exactamente por qué estaba haciendo todo esto con tanta emoción, debía admitir que me estaba gustando.

8:01 p.m.

Tocaron el timbre y me dirigí a abrir la puerta. Zoe lucía un elegante vestido negro que le quedaba de maravilla. Estaba realmente preciosa.

Tomé su mano y le di un beso en el dorso, lo cual le gustó mucho y la hizo sonrojar.

— Buenas noches

Zoe: — Buenas noches

— Toma asiento

Fuimos hasta la mesa para sentarnos a comer.
La comida ya estaba servida, salmón con verduras, un plato sencillo que servía como entrada antes de la pizza que vendría después.

Zoe: — Está muy bello todo — dijo mirando el comedor, el cual lo había decorado con muchas velas para iluminar el espacio. Además, había puesto unos cuantos pétalos de rosas por ahí tirados para dar un toque más acogedor y romántico.

— ¿Te gusta?

Zoe: — Sí, mucho. Gracias por esto

— No hay de qué. Feliz cumpleaños — le deseé, ofreciéndole una copa que acababa de llenar con vino.

Zoe agradeció: — Gracias… ¿Ya lo sabías, verdad?

— Sí

Zoe: — Eso supuse

Luego, nos sentamos a comer. Zoe estaba claramente emocionada, y eso me hizo sentir bien, me hizo sentir que verla feliz se estaba volviendo como algo necesario en mi vida.

— Bien, ahora traeré algo

Zoe: — ¿El qué?

— Algo que te gustará — respondí con una sonrisa.

Zoe: — ¡No! Esto no lo has hecho tú

— Sí

Zoe: — Nah!

— En serio

Zoe: — ¿Tú has hecho esta pizza?

— Sí — confirmé con orgullo.

Zoe: — Pero se ve perfecta, de cinco estrellas

— Un italiano sabe cómo hacer una buena pizza

Zoe: — Y también saben hacer bien otras cosas de otros aspectos…

El Jefe Me EspíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora