El Jefe Me Espía

Capítulo 50: Viaje a Italia (Final)

ZOE

Un mes después.

Un mes había transcurrido desde aquella situación tan extraña que vivimos en la empresa, cuando fui secuestrada para obtener información. Aunque la situación no se había resuelto por completo, al menos estaba en proceso. Incluso habían capturado a dos hombres más, supuestos miembros del grupo de delincuentes. En definitiva, nosotros no teníamos relación con ese asunto, la empresa seguía su curso y la policía estaba en busca de los criminales, así que debíamos mantener la calma.

Dante: — Hola

— Hola

Dante entró a mi oficina con una sonrisa en los labios, y eso ya me hacía suponer la razón detrás de su alegría.

Dante: — Tengo una noticia

— ¿Buena o mala?

Dante: — Buena

— ¿Cuál es?

Dante: — La semana que viene nos iremos a Italia

— ¿En serio?

Dante: — Sí, ya está todo listo

— Está bien. Ojalá mis padres pudieran acompañarnos. Me encantaría pasar esas vacaciones con ellos, ya que el miércoles que viene es el cumpleaños de mi padre, y siempre lo celebramos juntos

Dante: — Ya...

— Pero no pueden porque están trabajando

Dante: — Ajá, bueno, nos divertiremos de todos modos

Me levanté y me acerqué a Dante para darle un beso.

— Te quiero

Dante: — Yo también. Estoy deseando ir de vacaciones, no porque no quiera trabajar, sino porque necesitamos descansar. Estos últimos meses han sido un caos y creo que nos lo merecemos

— ¿Y qué pasará con la empresa?

Dante: — Seguiremos trabajando, pero no tanto. Dejaré a alguien a cargo

— ¿A Marcus?

Dante: — Sí, confío en él

— Deberías considerar ascenderlo, he visto su desempeño y creo que sería adecuado

Dante: — Sí, podría ser. Aunque...

— ¿Qué pasa?

Dante: — Nada

— ¿Qué ibas a decir?

Dante: — No, nada. Me tengo que poner a trabajar, tengo muchas cosas que hacer

— ¡No! ¡Ven!

Dante: — Hasta luego

Dante salió casi corriendo de mi oficina, y entendí por qué no respondió mi pregunta. No sabía qué razón había detrás de su evasión.
¿Acaso estaba ocultando algo?

Una semana después.

Ya estábamos en Italia, en una hermosa ciudad llamada Florencia, que me cautivó a primera vista. Su encanto y la antigüedad de la ciudad le daban un toque especial. Además, su rica historia y la abundancia de arte la convertían en un destino de ensueño, especialmente para mí, que era una apasionada del arte. También, estar en Italia, uno de los epicentros artísticos del mundo, era simplemente increíble.

Dante: — ¿Ya estás lista?

— Sí, solo me faltan los tacones. ¿Podrías ayudarme con este collar?