Capítulo extra 6

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Jueves.

ZOE

Dr. Myles: — Los niños con síndrome de Down suelen tener problemas del corazón, pueden ser cardíacos congénitos o pueden resultar con otras afecciones genéticas mientras el bebé está en el útero

Dante: — ¿Y qué probabilidad hay de que el nuestro tenga algo?

Dr. Myles: — Bueno, habría que estar atentos a cualquier cambio. La señora Grimaldi estará bajo control para ver si sucede algo

— Vale

Dr. Myles: — Pero ya les digo, en el caso tuyo, Dante, podría ser que haya una baja probabilidad de que el bebé tenga un problema cardíaco

Dante: — Porque mi enfermedad no es muy grave

Dr. Myles: — Exacto, pero estaremos pendientes de cualquier indicio

— ¿Y cómo podremos saber si el bebé tiene algún problema?

Dr. Myles: — A través de ecografías y si resulta que el bebé tiene algo, se podría hacer intervenciones o empezar a tomar medicamentos, acudir a las citas médicas con regularidad...

— De acuerdo

Dr. Myles: — No hay que preocuparse tanto, ¿está bien?

Dante: — Justamente eso es lo que no podemos dejar de hacer

Dr. Myles: — Sí, lo sé, pero preocuparse tanto no es bueno

— Es cierto

Dr. Myles: — Bueno, si tienen otra cuestión...

— No, eso es todo

Dr. Myles: — Pues, nos veremos dentro de poco.
Si necesitan algo, ya tienen mi contacto

— Sí, gracias

Dr. Myles: — Que les vaya bien

Dante y yo salimos de la consulta y él me tomó de la mano.

Dante: — No sé por qué, pero tengo un buen presentimiento

— ¿Presentimiento sobre qué?

Dante: — Sobre que saldrá bien, que el bebé estará bien.
Tal vez lo mío no sea hereditario, al fin y al cabo, mi hermano no tiene lo mismo que yo, y eso que somos gemelos.
Solo uno de los dos heredó lo de mi madre, así que quizás nuestros hijos no tengan lo que yo

— Podría ser, pero no nos preocupemos, ¿vale?

Dante: — Ya

— ¿Cuándo quieres decírselo a la familia?

Dante: — Cuando quieras

— Llamaré a mis padres y les preguntaré si pueden venir y así se los decimos en persona y no por llamada

Dante: — Vale

— Me siento feliz, sabes

Dante: — Yo igual — dijo y me dio un beso en el dorso de mi mano.

— Entonces, la boda la cancelaremos, ¿o la hacemos igualmente?

Dante: — Todavía estamos a tiempo de cambiar las fechas

— ¿Será que el vestido que quiero escoger me quede? Se me verá la pancita

Dante: — Y por eso mismo te verás hermosa — dijo y sonreí.

— De momento no la cancelamos, pero ya veremos

Dante: — Sí

Un tiempo después.

El Jefe Me EspíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora