Capítulo 23: Venganza

2.2K 97 0
                                    

ZOE

Viernes, 11:16 a.m.

Era el último día de trabajo, ya que nos íbamos de vacaciones. El verano estaba comenzando, y la empresa cerraría durante dos meses; era el momento de relajarse y olvidarse del trabajo.
Durante la mañana no había visto al señor Grimaldi, parecía que no había venido a trabajar o quizás estaba en una reunión de la que no tenía conocimiento.

Recogí mis pertenencias más importantes de la oficina y me dirigí a la recepción.

Ximena: — Hola, ¿cómo estás?

— Bien, ¿y tú?

Ximena: — Ansiosa por el viaje

— ¿A dónde vas?

Ximena: — A Bali, Marcus lo eligió
— mencionó, y me alegré por ella.
Hacía una semana que eran novios, y finalmente habían expresado sus sentimientos.
Sinceramente, me alegraba por ellos porque se les veía felices y se veían bien juntos.

— ¡Qué genial!

Ximena: — Tú vas a Cancún, ¿tienes otros planes?

— No, solo estaré en Cancún. Por cierto, ¿tienes mi boleto de avión?

Ximena: — Sí, ya lo compré

Ella me entregó el boleto, ya que le había pedido que lo adquiriera por mí, porque en los últimos días no tenía tiempo para hacerlo yo misma.

— Gracias

Ximena: — De nada. Disfruta tu tiempo en Cancún

— Igualmente, disfruta Bali

Ximena: — Gracias

Le sonreí y luego fui al estacionamiento para subir a mi automóvil. Mientras tanto, me preguntaba qué estaría haciendo Dante. Normalmente, era yo quien compraba sus boletos de avión y reservaba sus hoteles para sus viajes.  No obstante, esta vez no lo había hecho, lo que me hacía pensar que tal vez no tenía planes de viajar, aunque eso sería inusual. En cualquier caso, ya no era mi responsabilidad. Si él quería algo, tendría que pedírmelo; no iba a adivinar sus deseos.

9:33 p.m.

— ¿Vamos a bailar?

Emma: — Claro. Llamaré a Jacob para que nos acompañe

— Vale, yo también llamaré a alguien

Emma: — ¡Uy! ¿A quién?

— A Richard

Emma: — ¿No que no te gustaba?

— No lo sé, pero quiero salir.
Le daré una oportunidad

Emma: — ¡Así me gusta!

Las dos nos arreglamos y fuimos a una discoteca, donde coincidimos con Jacob y Richard.

Richard: — Hola

— Hola.

Los cuatro entramos a la discoteca, y mientras Emma y Jacob se dirigieron a la pista de baile, Richard y yo nos quedamos en la barra tomando una cerveza.

Richard: — Hace tiempo que no te veía

— Sí, ¿cómo has estado?

Richard: — Bien, ¿y tú?

— Igual que tú. Por cierto, ¿ya no trabajas en el restaurante que está frente a mi trabajo?

Richard: — No, lo dejé. Me trasladaron a uno más lejano del centro de la ciudad

El Jefe Me EspíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora