Capítulo 7: Más terco que una mula

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ZOE

Lunes, 7:12 a.m.

El lunes, a primera hora, en lugar de dirigirme a mi oficina, fui directamente a la del señor Grimaldi. No sabía lo que el médico le había dicho acerca de su problema en la rodilla, y eso me preocupaba. Al fin y al cabo, él era mi jefe e independientemente de cómo me tratara a veces, me caía bien.

Toqué la puerta y entré.

- Buenos días, señor Grimaldi - saludé al verlo sentado en su silla habitual, ocupado en lo que siempre hacía: escribir en su laptop.

Dante: - ¿Mi café?

- Aquí lo tiene - respondí mientras me acercaba. Coloqué la taza sobre su escritorio, y él no dijo nada.

Mientras tanto, me quedé de pie frente a su escritorio, esperando que dijera algo más, pero también, debo admitir que aproveché la oportunidad para admirar su rostro perfecto. A cualquier hora, en cualquier día, se veía guapísimo. Su rostro sin ningún grano, un cutis radiante, su cara de concentración... Simplemente era hermoso.

Dante: - ¿Qué esperas? - preguntó y me miró.

- E... ¡Ah! Quería saber sobre su problema en la rodilla

Dante: - No es nada - dijo, volviendo a mirar su laptop y a seguir escribiendo.

- De acuerdo

Con su respuesta, comprendí que no obtendría más detalles, así que me retiré a mi oficina. Así pues, me dirigí a la salida y antes de cruzar la puerta, escuché un gemido de dolor. Me di la vuelta y vi que Dante intentaba levantarse, pero no pudo. Era ese mismo dolor nuevamente.

- ¿¡Me va a decir de una vez qué carajos le dijo el doctor!? - pregunté, sin preocuparme por mis modales.

Dante: - Nada

- ¿Qué le dijo el médico? - pregunté, volviendo a situarme frente a él mientras cruzaba los brazos.
- Hasta que no me lo diga, no pienso moverme de aquí - insistí, y él me miró con un rostro desafiante.

Dante: - Que me pusiera hielo

- ¿Qué más?

Dante: - Que tuviera reposo

- Ajá... ¿Y?

Dante: - No lo voy a hacer

- Si lo hará

Dante: - No

- Pues sí, y yo me encargaré de que lo cumpla

Dante: - ¿Qué haces?

- Ximena, ¿puedes pedir que se cancelen las reuniones de hoy? Es que yo no puedo porque tengo que hacer algo

Ximena: - ¿Y el señor Grimaldi lo sabe?

- Sí, de hecho, él tiene que irse a casa. No se siente bien

Dante: - ¿¡Qué!?

- ¡Shh!

Ximena: - Vale, ahora lo hago

- Muchas gracias

Colgué el teléfono y noté que él me miraba furioso.

- Se irá a casa

Dante: - Ni hablar

- ¡Claro que sí! Si el médico le dijo que tenía que descansar, lo hará. No puede andar de aquí para allá fingiendo que no le pasa nada

Dante: - He dicho que no, y punto

- Es que es más terco que una mula...
- murmuré entre dientes.

El Jefe Me EspíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora