ZOE
Lunes, 7:12 a.m.
El lunes, a primera hora, en lugar de dirigirme a mi oficina, fui directamente a la del señor Grimaldi. No sabía lo que el médico le había dicho acerca de su problema en la rodilla, y eso me preocupaba. Al fin y al cabo, él era mi jefe e independientemente de cómo me tratara a veces, me caía bien.
Toqué la puerta y entré.
- Buenos días, señor Grimaldi - saludé al verlo sentado en su silla habitual, ocupado en lo que siempre hacía: escribir en su laptop.
Dante: - ¿Mi café?
- Aquí lo tiene - respondí mientras me acercaba. Coloqué la taza sobre su escritorio, y él no dijo nada.
Mientras tanto, me quedé de pie frente a su escritorio, esperando que dijera algo más, pero también, debo admitir que aproveché la oportunidad para admirar su rostro perfecto. A cualquier hora, en cualquier día, se veía guapísimo. Su rostro sin ningún grano, un cutis radiante, su cara de concentración... Simplemente era hermoso.
Dante: - ¿Qué esperas? - preguntó y me miró.
- E... ¡Ah! Quería saber sobre su problema en la rodilla
Dante: - No es nada - dijo, volviendo a mirar su laptop y a seguir escribiendo.
- De acuerdo
Con su respuesta, comprendí que no obtendría más detalles, así que me retiré a mi oficina. Así pues, me dirigí a la salida y antes de cruzar la puerta, escuché un gemido de dolor. Me di la vuelta y vi que Dante intentaba levantarse, pero no pudo. Era ese mismo dolor nuevamente.
- ¿¡Me va a decir de una vez qué carajos le dijo el doctor!? - pregunté, sin preocuparme por mis modales.
Dante: - Nada
- ¿Qué le dijo el médico? - pregunté, volviendo a situarme frente a él mientras cruzaba los brazos.
- Hasta que no me lo diga, no pienso moverme de aquí - insistí, y él me miró con un rostro desafiante.Dante: - Que me pusiera hielo
- ¿Qué más?
Dante: - Que tuviera reposo
- Ajá... ¿Y?
Dante: - No lo voy a hacer
- Si lo hará
Dante: - No
- Pues sí, y yo me encargaré de que lo cumpla
Dante: - ¿Qué haces?
- Ximena, ¿puedes pedir que se cancelen las reuniones de hoy? Es que yo no puedo porque tengo que hacer algo
Ximena: - ¿Y el señor Grimaldi lo sabe?
- Sí, de hecho, él tiene que irse a casa. No se siente bien
Dante: - ¿¡Qué!?
- ¡Shh!
Ximena: - Vale, ahora lo hago
- Muchas gracias
Colgué el teléfono y noté que él me miraba furioso.
- Se irá a casa
Dante: - Ni hablar
- ¡Claro que sí! Si el médico le dijo que tenía que descansar, lo hará. No puede andar de aquí para allá fingiendo que no le pasa nada
Dante: - He dicho que no, y punto
- Es que es más terco que una mula...
- murmuré entre dientes.
ESTÁS LEYENDO
El Jefe Me Espía
De TodoZoe Carrasco, será contratada en 𝘎𝘳𝘪𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪'𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢𝘯𝘺, una de las inmobiliarias más prestigiosas del país, y su destino toma un giro extraordinario al convertirse en la asistente personal de Dante Grimaldi, un apuesto magnate italiano...