Capítulo extra 9

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ZOE

Desde el nacimiento de los gemelos, había pasado un mes y gracias a Dios, Mattia y Stefano pudieron nacer sanos y de momento no presentaban ninguna enfermedad, ni siquiera cardíaca. Y quizás era muy precipitado para decirlo, pero Dante y yo teníamos fe en que todo saldría bien y si se daba el caso de que sucediera en algún momento, pues lo afrontaríamos de la mejor manera.

6:00 a.m.

— Buenos días

Dante: — Buenos días. ¿Dormiste bien anoche?

— Sí, y tú estabas roncando

Dante: — Tú también

— ¿Yo?

Dante: — Sí, un montón

— No exageres

Dante: — De verdad. No creo que Mattia o Stefano hayan estado roncando

— Ellos son unos angelitos, no como su padre — mencioné y le di un beso en la mejilla.

Dante: — Aún tengo sueño, pero hay que levantarse

— Sí

Dante: — ¿A qué horas hay que llevarlos al pediatra?

— A las nueve. Son las seis, todavía tenemos tiempo

Dante: — Okay

— Ve a despertar a los niños

Dante: — Vale

Dante fue a la cuna donde estaban los niños. Cada uno dormía en una diferente, pero las dos cunas estaban juntas.
Entonces, Dante acarició suavemente la mejilla de uno de los gemelos y le sonrió mientras lo levantaba con cuidado de la cuna.
De igual manera, como los gemelos ya estaban despiertos, Dante tomó a uno de ellos en brazos.
Lo acomodó con delicadeza en su regazo y se volvió a acercar a mí para dejármelo en brazos.

Dante: — Buenos días, Stefano

— ¡Ay! Mira su carita…

Dante: — Mattia todavía sigue dormido — dijo acercándose a mí para darme a Stefano.

— Ya veo de donde heredó eso

Dante: — De ti

— Pues sí, ja, ja

Dante: — Ven, cariño, ¿estás despierto?
No llores

— Ven con mami. Papi es muy malo, te fue a despertar. Pobrecito

Dante: — ¿Ahora yo soy el malo?

— Papi malo, así dile cariño — dije dirigiéndome a Mattia, quien se le veía aún dormido.

Dante: — Qué bellos — dijo y le dio un beso en la mejilla a Stefano y a Mattia.
— Sabes, se me ha ocurrido algo

— ¿El qué?

Dante: — Contrataré a un fotógrafo para que nos haga fotos y así, hacer un álbum

— Es verdad

Dante: — Así tendremos las fotos de recuerdo

— ¡Sí!

Dante: — Conozco a uno, al que estará en la boda

— Al amigo de tu hermano

Dante: — Sí, le diré que nos haga unas sesiones, así como nos las hicieron cuando estabas embarazada

— Está bien.
Qué rápido ha pasado el tiempo

Dante: — Mucho. Parecía ayer cuando me dijiste que tendríamos un bebé y que después no fue uno sino dos

El Jefe Me EspíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora