Capítulo 11: Borrachera

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ZOE

Sábado.

Ese día me levanté bastante tarde, alrededor de las once de la mañana, ya que era fin de semana y no tenía que trabajar. A pesar de eso, no podía pasar todo el día en la cama, porque tenía que preparar la sorpresa de cumpleaños para mi amiga Emma. Aunque su cumpleaños era hoy, aún no le había hecho ni dicho nada; mi plan era sorprenderla haciéndole creer que lo había olvidado y luego revelarle la fiesta que había preparado.

— Hola, ¿Jacob?

Jacob: — Sí, ¿quién es?

— Soy Zoe, la amiga de Emma

Jacob: — ¡Ah! ¿Qué tal?

— Bien, gracias. Oye, ¿tú tenías algo planeado para el cumpleaños de Emma?

Jacob: — Pues la iba a invitar a cenar

— Es que yo quería hacerle una fiesta

Jacob: — Vale

— Tenía pensado reservar una sala y organizar la fiesta allí

Jacob: — Está bien, ¿hoy por la noche?

— Sí, alrededor de las nueve

Jacob: — Okay, ¿y ella no sabe nada, verdad?

— No, será toda una sorpresa. Tú puedes llevarla al lugar y decirle que van a cenar a un restaurante, no menciones la fiesta

Jacob: — Perfecto, ¿me puedes hacer un favor?

— Claro

Jacob: — Pensaba en adoptar un perro.
A Emma le gustan mucho, y tengo un primo que me ayudará a encontrar uno. ¿Puedes quedar con él e ir a ver al perro?

— Está bien

Jacob: — Te enviaré la dirección del lugar, él trabaja allí también

— Muy bien

Jacob: — Gracias

— Nos vemos luego

Jacob: — Adiós

Después de la llamada, organicé todo para la fiesta. Hablé con un amigo DJ y confirmé su asistencia. Ahora, solo me faltaba alquilar una sala.

17:00 p.m.

— Hola, amiga

Emma: — Hola

— ¿Qué tal?

Emma: — Mmm, bien… ¿No me dirás nada? — preguntó emocionada.

— Em… No — respondí y ella se quedó en silencio.

Emma: — Bueno… ¿Nos vemos hoy?

— No, estaré ocupada. Por cierto, ¿tu color favorito es el marrón, verdad?

Emma: — Sí, ¿por qué lo preguntas?

— No, nada

Emma: — Ajá…

— Bueno, cuelgo y nos vemos otro día

Emma: — Vale

Colgué y tomé un bolso de color marrón. Era uno que a Emma le encantaba, pero en su momento era demasiado caro, así que no lo compró. A pesar de eso, ahora tenía un gran descuento y yo pude comprarlo.
Ese sería mi regalo de cumpleaños para ella.

Luego, me dirigí al lugar donde Jacob me indicó que podría adoptar un perro.
Un chico llamado Dany, el primo de Jacob, me recibió. Era alto, de ojos cafés y tenía una personalidad encantadora.

El Jefe Me EspíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora