prólogo 1 (parte 6)

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                               Parte 6

Siglos atrás..

Sicilia, año 523 A. C.

-¿Qué vas a hacer ahora? 

-me iré,ya nada me ata a este lugar. - dijo Alister guardando algunas de sus pertenencias sobre un morral de tela y se la puso sobre su hombro.- deberías irte de esa casa Sary.

-No puedo dejar a Alysa sola con ese hombre, aún no le tengo confianza.

-de acuerdo. - se puso la capucha de tela sobre su cabeza y salió de la caza. - puedes quedarte con la casa. 

-¿enserio? - dijo Soraya con ilusión. 

-si,te servirá a ti y a tu familia por si tienes algún día. Espero vernos pronto. 

-claro ,gracias Alister - lo abrazo - siempre fuiste un gran amigo. 

Alister sonrió poco. 

-Solo cuídate y no hagas locuras. 

-por cierto,ella me pidió que te entregará esto. - le entró el medallón envuelto en una tela vieja. 

Alister lo tomó y lo miró. 

-detesto está cosa. Si fuera por mi ya lo hubiera destruido. 

-Ni se te ocurra Ali,recuerda que eso es de los dioses y podrían castigarte. 

-como sea. - guardo el medallón en el morral de tela. - me voy ahora sí. Cuídate mucho Sary. 

-tu también Alister y no olvides escribirme por favor. 

-No lo olvidaré. - dijo el guardián marchándose de su viejo hogar. Camino hacia el camino -¡Sary ! - gritó Alister dándose la vuelta y comenzó caminar hacia atrás. 

-¡Que! - gritó su amiga humana.

-¡Tienes la nariz chueca! 

-!eres tonto  Ali! 

Alister sonrió , se giró y siguió su camino para marcharse de la ciudad. Cuando llegó lo más alejado ,se giró y miró la ciudad donde ahí, había quedado todas sus ilusiones,  su corazón ,y juro que jamás nadie volverá a lastimarlo..nunca más.

****

Alejandría, año 524 a.c 

Alister recordó varios lugares de Roma y siguió con su viaje,pero también unas cuantas ocasiones, persevia el llamado de los humanos cuando estaban en peligro y los ayudaba ,pero jamás regresó al medallón ,quería conocer más sobre el mundo humano y sus costumbres. Sirvió algunos humanos en combate,o le pagan por capturar ladrones de vez en cuando y eso le gustaba, y cada vez más le seguía gustando el mundo humano. 

Los humanos lo veían como un héroe pero también le temían  por su apariencia de matón. Y las humanas corrían a sus brazos como cada noche y calentaban su lecho. 

Se bebió su jarra de cerveza y la puso en la mesa. Se recargó apoyando su cabeza en la pared. 

-¿Otra cerveza mi señor? - le dijo una ramera. 

-claro encantó. - le dió una nalgada a la humana en el trasero y ella se sentó en su regazo y le sonrió. 

El ruido de la taberna era sordesente,sobre todos algunos gemidos de mujeres,donde los humanos fornicaba con las rameras en las mesas y en el piso,el pudor no existía para nadie. Y las meseras desnudas paseando por todos lados. 

Alister ( libro 12 ) + 18 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora