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La música resuena por todo el lugar. Fer baila conmigo hasta que nos duelen los pies y estamos sedientas, nos vamos a la mesa a sentarnos. Valen habla entretenida con un chico que conoció en la barra y el amigo de Fer no sé dónde está metido.

—Estoy tan cansada. —Me grita tirándose en la silla. —Ve por un poco de agua para mí, mis pies necesitan un poco de descanso. —Me suplica tendiéndome un billete y ruedo los ojos. Me deslizo entre los cuerpos hasta la barra.

—Un agua, por favor. —Le digo al hombre detrás de la barra. Le tiendo el billete y él me da una botella de agua. Vuelvo a la mesa y Fer se toma la botella en tiempo récord.

—Hey. —Grita el amigo de Fer. —Acompáñame un momento afuera. —Fer se levanta y se va con él. Me siento junto a Valen y su nuevo amigo. Ésta es la parte que no me agrada de salir. Ellas comenzarán a irse con sus amigos y yo me quedaré sola en la mesa por una hora.

No sé cuánto tiempo pasa, pero ya no soporto estar de mal tercio con Valen, así que me levanto y voy al baño. La fila es medianamente aceptable. Miro a todas las chicas en la fila. La mayoría tienen los tacones en las manos y el cabello recogido.

Me recuesto de la pared porque ya todo comienza a dar vueltas, así que trato de fijar mi mirada en un punto para evitar que me enrede con mis propios pies.

Escucho a las chicas frente a mí hablar sobre lo linda que se ve otra chica la cual no escucho el nombre. Ellas ríen y se giran para mirar a alguien a mis espaldas, y como soy una chismosa, me volteo yo también para saber a quién miran.

Veo a Mari detrás de mí, está metida en su teléfono y muerde su labio. Mierda, que se ve tan sexy cuando hace eso. Levanta la mirada y choca con la mía. Me quedo paralizada sin saber que hacer ahora.

—Hey. —Dice con su sonrisa pícara que la caracteriza. No sé que hacer o decir y sólo levanto la mano para saludarla.

El Sol en tus Ojos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora