Capítulo 24

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GWEN

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GWEN

Un beso.

Un beso a las doce.

Un beso al inicio del año.

¿Qué se supone que tengo que hacer? ¿Cómo tengo que reaccionar o qué tengo que pensar? Quizás no tengo que pensar nada, solo respirar profundo y sonreír porque ha sido un buen beso. Siempre quise un beso a las doce, ahora lo tengo y estoy volviéndome loca porque no sé qué significa, ¿siquiera significa algo? Es una tradición, algo que todos hacen hace años y no tiene que volverse algo romántico.

Pero quiero que sea algo romántico.

—Feliz Año Nuevo, Gwen.

—Feliz Año Nuevo, Col.

—¿Ahora es cuando nos deseamos un año lleno de buenos deseos y felicidad?

Quiero contestar algo divertido, decirle que le deseo una heladera llena y una nueva dieta; sin embargo, no tengo tiempo de reaccionar ni mucho menos. Pronto siento unas manos cálidas sobre mis mejillas, veo unos ojos verdes y siento un beso rápido sobre mis labios. Harley me acaba de besar.

Noto el asombro de Colin cuando su amigo me deja ir y estoy a nada de reclamarle por eso, pero de nuevo no me alcanza el tiempo ni para respirar. Otro par de manos sostiene mi rostro, unos ojos oscuros e intensos, y ahora es Key quien me besa.

¿Qué demonios?

Me abrazo a mí misma en tanto me siento libre y tomo una bocanada de aire para recuperarme porque estoy soñando o estoy viviendo la vida de alguien más. Tres músicos acaban de besarme: a uno quería besarlo, a los otros dos no. Son atractivos y me agradan, aunque no beso a todas las personas que me parecen atractivas y me agradan.

—¿Por qué han hecho eso? —les reclama Colin con enojo.

—Lo lamento, Gwen —dice Key y en sus ojos veo verdadero arrepentimiento—. Imagino que no querías besarnos y que ha sido incómodo, pero era necesario.

—¿Necesario cómo? —insiste Col y me agrada que él hable porque estoy tan asombrada que no puedo decir ni «mu».

—Amigo, Leighton Stone y un montón de periodistas de chimentos están aquí, ¿no pensaste en eso? —Lee me dedica una sonrisa de lado que busca transmitirme una disculpa—. Lamentamos usarte de esa manera, Gwen, pero te estamos salvando.

Maldita dulzuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora