Capítulo 64

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GWEN

No sabía que era posible enamorarse de un hotel hasta ahora.

Tal vez se debe a la emoción de la situación. Quizás saberme a punto de dar una entrevista que puede, o no, cambiar mi realidad. Es probable que la sonrisa en mi rostro nuble mi juicio y embellezca todo lo que mi vista alcanza a distinguir.

O, la explicación más sencilla, en verdad este hotel es una maravilla. Los suelos de mármol brillantes e impolutos de color blanco con unas finísimas vetas grises; los techos altos coronados de arcos y adornados con pesadas arañas de cristales que reflejan la luz y la distribuyen por las amplias salas como pequeñas motitas de arcoíris; los empleados sonrientes y bien vestidos; los muebles mullidos y con hermosas terminaciones. Todo. El conjunto es, a mi parecer, perfecto.

Me alegro haber decidido seguir el consejo de mi hermana e ir por ropa al centro comercial. También haber gastado un poco de dinero en el salón y permitirle a un peluquero real, y no a mis viejas tijeras, que me arreglara el cabello. El podcast que he escuchado toda la semana sobre mujeres fuertes y exitosas ha sido la cereza del pastel.

Hoy me siento poderosa.

Puedo lograr lo que sea.

La vida me sonríe.

Y deslumbraré a toda persona que lea mi entrevista.

—Señorita Holland —me llama un elegante señor que, por la chapita dorada con un nombre en su pecho, deduzco trabaja en el hotel—, la llevaré al salón Elizabeth para que pueda compartir un té y luego acceder a su entrevista.

Me pongo de pie con toda la delicadeza que mi cuerpo puede lograr y le sonrío con amabilidad. Nunca me habían tratado con tanta clase. Colin suele quedarse en hoteles cinco estrellas en el tour, pero nada se asimila a esto. Aquí adentro me podría creer el cuento de que soy la princesa heredera de Genovia.

—¿Puedo hacerle una pregunta, Michael? —digo siguiendo sus pasos hacia el elevador.

—Por supuesto, señora.

—¿Soy la última en llegar?

Para muchos puede ser una pregunta estúpida, pero me gusta la puntualidad y las personas que comparten esta visión.

Maldita dulzuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora