GWEN
Navidad es mi festividad favorita. Las casas se llenan de color, las calles de luces y adornos, y las personas parecen frenar su ajetreada vida para poder disfrutar de la época. Las ventas de galletas en la pastelería aumentan, los sweaters festivos se ponen de moda y aparecen cientos de Santas que hacen sonreír a los niños. Y con la excusa de la Navidad es que ahora soy la orgullosa dueña de tres sweaters nuevos que me muero por usar.
Muevo mis dedos al ritmo de los villancicos y espero pacientemente a Colin con quien quedé para encontrarnos a las tres. He llegado temprano y tengo paciencia por lo que disfruto de las buenas vibras de la gente y miro a los lejos los puestos artesanales que se han formado a lo largo y ancho de la plaza. Debo hacer mis compras navideñas y, además, terminar de coordinar con mi nuevo amigo el plan para acercarme a Peter. Si soy sincera conmigo misma, estar tan cerca de lograrlo le ha quitado emoción al asunto. Ya no me parece tan atractivo y he comenzado a notar que no le presta mucha atención al mundo que lo rodea; sin embargo, me prometí hacer esta locura y las promesas no deben romperse.
—Hola, Gwen. Bonito atuendo, por un momento te confundí con los coristas.
—Estoy empezando a pensar que te burlas de mí, Colin. —A pesar de mis palabras, sonrío y me pongo de pie para enseñarle mi atuendo del día—. Los sweaters de Navidad han hecho su aparición.
—Me gusta, de verdad. Quiero uno, ¿dónde puedo conseguirlos?
—En todos lados —respondo con obviedad—. Wal-Mart está lleno de estos, no tan lindos como los míos, pero sirven.
—Tendré que pasarme por ahí.
—O puedes ayudarme a hacer las compras en este lindo mercadito al aire libre y quizás encuentres algo para ti.
—Me convenciste.
Me ofrece caballerosamente su brazo para caminar juntos y no dudo en enredar el mío a su alrededor. Comenzamos así nuestro lento camino hacia los puestos y disfruto en el proceso el delicioso olor que su ropa desprende. Es una fragancia masculina que resulta un tanto picante, como si tuviera pimienta combinada con pino y también algo más.
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Maldita dulzura
RomanceColin y Gwendolyn solo tiene una cosa en común: el amor al arte. Él, bajista de una banda en ascenso. Ella, pastelera en un negocio que va ganando renombre. Pese a su éxito personal, la vida no siempre les sonríe. Gwen tiene mala suerte en el amor. ...