Capítulo 52

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COLIN

Las Vegas, la ciudad del pecado, el lugar en donde nos encontramos en este momento. Ayer dimos un increíble y multitudinario show, y esta noche nos toca el segundo. Ambos se agotaron en cuestión de horas cuando los tickets salieron a la venta y mentiría si dijera que no estoy emocionado. Aunque también, estoy un poco aburrido.

Nos han pedido que no salgamos demasiado de la habitación y entiendo por qué lo han hecho. La gente viene a Las Vegas a cometer locuras y por lo general lo que sucede aquí, se queda aquí. No es lo mismo con la gente famosa y, pese a que me cueste admitirlo, somos famosos. Solo nos dejan ir a la piscina y a los restaurantes, al casino fuimos acompañados y nos pidieron que no tomáramos más que un vaso de alcohol. Lee parece un león enjaulado y Key no tiene mucho que decir, como siempre. Por mi lado, he aprovechado el tiempo para ponerme a componer y descansar.

Ahora estoy contando los minutos para mi videollamada diaria con Gwen y para saber las novedades sobre su vida. Por lo general el que tiene muchas novedades soy yo ya que le cuento de cada ciudad, pero ahora no es así. Me gusta el balance y, sobre todo, me gusta saber de su día.

—¿Cuánto falta para la llamada? —quiere saber Key, sentado a mi lado y con sus baquetas en mano.

—Unos diez minutos.

—Lo dices como si no estuvieras contando los segundos —se burla Lee—. Eres adorable.

—Cuando tengas una novia, me entenderás.

—Espero que no —repone Key rápidamente y al notar mi sorpresa, se encoge de hombros—. ¿Qué? No puedo soportar a dos enamorados.

—No tienes que preocuparte por eso, Key. Soy un alma libre.

—Y un pito público —agrego.

—Ya sabes lo que dicen: lo bueno hay que compartirlo. —Sonríe orgulloso.

—Okey, esta conversación se está desviando. Demasiado. —Nuestro baterista niega con la cabeza—. Solo quería saber si podremos avanzar con esta canción o si tendremos que ponerle pausa a la inspiración.

Maldita dulzuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora