COLIN
Hay finales que se anhelan, otros que se temen y otros que no llegan a ser finales en sí porque son una puerta abierta a otras historias.
El final de la gira es algo que anhelo y, a la misma vez, no quiero que ocurra. Lo anhelo porque significa volver a San Francisco, con Gwen y con el estudio de grabación a poca distancia para dejar fluir la inspiración. Significa volver a una tranquilidad que mi mente y cuerpo necesitan. Por el contrario, no quiero que ocurra porque la sensación de conectar con los fans y llevarles nuestra música es un sueño hecho realidad. Es, literalmente, vivir el sueño y nadie quiere que los sueños bonitos acaben jamás.
Por otro lado, hay un final que estaba esperando, temiendo y que sé con toda seguridad que solo será un comienzo. Una puerta abierta, aunque no me animo a asomarme hacia el otro lado para ver qué es lo que viene. Hoy ha llegado ese final, ese que tanto nos habían advertido y que tanto esperábamos poder evitar a pesar de que todo nos indicara que no iba a haber forma de hacerlo. Es este final por el que nos reuniremos dentro de poco con todos los grandes mandos de la discográfica y todo el equipo legal para encontrar una solución.
Alex nos demandó.
Demandó a Curse y a la discográfica por derechos de autor. Su abogado, uno prestigioso y también farandulero que no sé cómo está pagando, sostiene que tienen pruebas suficientes para llevar adelante esta demanda, para demostrar que actuamos de mala fe y hemos robado la propiedad intelectual de quien fue por muchos años nuestro amigo. Han encontrado un fiscal lo suficientemente tonto, o que se deja comprar con facilidad, para que lleve el caso contra nosotros.
La noticia ya está en todos lados.
Su rostro está en la primera plana de todos los diarios y revistas. Tiene agendadas entrevistas por todo el mes y se presenta como un muchacho dolido, traicionado y que solo quiere que la verdad salga a la luz. Por supuesto, no menciona el acoso hacia mi novia ni que ha mandado a dos matones a asustarla y mandarnos un mensaje violento.
Las redes sociales han explotado.
Somos trending topic.
Hay hashtags diversos, los que creen en él y, por el otro, los que confían en nosotros.
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Maldita dulzura
عاطفيةColin y Gwendolyn solo tiene una cosa en común: el amor al arte. Él, bajista de una banda en ascenso. Ella, pastelera en un negocio que va ganando renombre. Pese a su éxito personal, la vida no siempre les sonríe. Gwen tiene mala suerte en el amor. ...